En el agua caliente las moléculas están un poco más separadas que en el agua fría, a mayor diferencia de temperatura, mayor diferencia de densidad. Esto significa que en el mismo espacio el volumen de agua caliente es ligeramente menor y por tanto menos pesado, lo que origina que el agua fría tienda a hundirse en el fondo y el agua caliente se eleve a la superficie.

Esto del agua oceánica subiendo y bajando es una una de las mayores fuerzas de la naturaleza. Pero el agua de mar no es sólo agua… es salada. En el agua salada los iones de cloro y sodio disueltos entre las moléculas de agua hacen que ésta sea más pesada que el agua dulce y, por supuesto, se vaya al fondo. Este fenómeno se llama circulación termohalina, del griego para calor y sal.

Estos dos elementos, temperatura y salinidad son el principal motor del Gran Cinturón. En la parte norte del Atlántico por ejemplo, el agua pura al congelarse deja tras de sí grandes cantidades de sal, y esta agua salada se esparce por el fondo del mar hasta que vuelve a salir a la superficie. Ahí el Sol la calienta y circula nuevamente mientras la evaporación la vuelve más salada, repitiendo el ciclo nuevamente.

El agua fría y salada que forma en las latitudes altas es el motor que mueve más de la mitad de toda al agua del Gran Cinturón Transportador Oceánico. Este movimiento de agua caliente provoca enormes cantidades de humedad y temperatura en la atmósfera, lo que provoca básicamente el mismo fenómeno pero en el aire de la atmósfera, produciendo las lluvias, tormentas y todas esas cosas que forman el clima.

La influencia del clima en el dónde pudieron nacer y crecer civilizaciones, eventos como las grandes migraciones de la humanidad (y nuestra comida) y su importancia sobre los asentamientos y las fronteras de lo que hoy son naciones es una de las formas en que estos fenómenos han dado forma a las sociedades que hoy pueblan nuestro mundo.

De esta manera, las corrientes oceánicas y su influencia en el clima definen grandemente la habitabilidad y el color de nuestro planeta, este punto azul donde han vivido todos los humanos hasta hoy, colgando encerrados en nuestra propia atmósfera sobre el oscuro fondo de un vacío sin fin, y sin vida.