“No creo que rescindir el acuerdo beneficie a nadie, ni a las empresas de México ni a las de Florida. Y lo peor de todo: tampoco al consumidor, que, al final, será el que pague cuando el acuerdo de suspensión del tomate se anule”. Así se expresa Oscar Woltman, de la AMHPAC, que representa a la industria mexicana de horticultura protegida. Su opinión sobre la continuación del acuerdo es clara. Sin embargo, varios productores de Florida responden de otra manera. “Ya hace tiempo que se esperaba”, dice Mike McGee, de Flavor-Pic Tomato. “El acuerdo de suspensión sería bueno si se llevara a efecto, algo que no se ha hecho”.
Las reacciones a la decisión del Gobierno de los Estados Unidos de cancelar el acuerdo de suspensión del tomate han sido variadas. Esta decisión deriva de la votación que se produjo la semana pasada en el Congreso, en virtud de la cual el acuerdo dejaría de estar vigente el 7 de mayo. Muchas empresas estadounidenses que envían y distribuyen tomate se mantienen al margen, a la espera de conocer más datos y también de ver lo que ocurre pasado el 7 de mayo.
Uno de ellos es Oscar Woltman, de la AMHPAC, la mayor organización que representa a la industria hortícola mexicana. Dado que es un productor mexicano dedicado a la horticultura protegida que envía su producto principalmente a los Estados Unidos y Canadá, ser un productor de invernaderos mexicano y realizar envíos principalmente a EE. UU. Y Canadá, su opinión sobre la posible rescisión del acuerdo es clara. Explica que han estado tratando de continuar con el acuerdo durante los últimos 13 meses, pero apenas obtuvieron respuesta de las partes dispuestas a rescindirlo.
Oscar no alcanza a comprender por qué alguien querría cancelar el acuerdo. “En México hay un claro deseo de modernizar y mantener el acuerdo. Cancelarlo no aporta ningún beneficio y lamentamos el riesgo que se está corriendo al aumentar los precios innecesariamente a causa de los aranceles compensatorios. Sobre todo porque, al final, será el consumidor el que pague cuando se anule el acuerdo de suspensión del tomate”.
¿Dumping?
Según Woltman, los productores y exportadores mexicanos han cumplido estrictamente las normas en el último quinquenio. “No entiendo por qué se cree que hay dumping. ¿Cómo iba a seguir creciendo la industria mexicana así? Cualquier industria quebraría tras años de prácticas de dumping. Actualmente, la producción de ambos países se hace hueco en el mercado. Muchos productores mexicanos suministran a importadores floridianos. La relación es de largo alcance y la producción es complementaria”.
Para Woltman, el meollo de la cuestión no está claro. “Notamos que el consumidor opta cada vez más por los productos de invernadero, que brindan un surtido versátil y una producción segura durante todo el año. La producción es complementaria y muchos productores mexicanos sirven a importadores floridianos. Las relaciones suelen ser muy buenas y ambos países trabajan juntos. En general, el mercado está creciendo, la industria mexicana está creciendo y, aunque los productores de Florida tienen una porción más pequeña del pastel, su volumen total de ventas ha crecido. Siempre he aprendido que la producción solo crece a largo plazo si la demanda crece. Si la demanda aumenta y se sigue vendiendo todo el producto en los Estados Unidos o en los mercados locales, no hay sobreproducción ni dumping“.
Ninguna ventaja
Si el acuerdo finaliza y si la comisión está de acuerdo en que hay dumping, al precio del tomate se le sumará un impuesto adicional. “Al final, será el consumidor quien pague. Al mismo tiempo, significará que los productores de Florida tendrán que competir con una oferta de México más barata, por lo que tampoco se beneficiarán de la cancelación del acuerdo. Y actualmente no veo que nadie esté levantando invernaderos de 8.000 o incluso 9.000 hectáreas en los Estados Unidos”. Por ese motivo, espera que la AMHPAC tenga éxito en sus intentos de continuar con el acuerdo.
“De todas formas, el acuerdo de suspensión no se llevaba a efecto“
Sin embargo, si bien este punto de vista de México es claro, varios productores de EE. UU. se alegran de la decisión tomada. Estos productores, especialmente de Florida, llevan mucho tiempo haciendo campaña contra lo que consideran una ventaja injusta para los productores mexicanos. Por cierto, es Florida la que compite más directamente con México durante cada una de sus respectivas temporadas altas. Para algunos, como Mike McGee, la rescisión del acuerdo se ha hecho esperar. Trabaja en Flavor-Pic Tomato, empresa de agricultura a campo abierto con finas en Florida, Georgia y Alabama. Según McGee, el acuerdo de suspensión no se estaba llevando a efecto como se había diseñado.
“Ya hace tiempo que se esperaba“, afirma. “El acuerdo de suspensión sería bueno si se llevara a efecto, algo que no se ha hecho. Ya estamos en desventaja cuando se trata de competir con México en costes. Ahora van a iniciar una investigación sobre el supuesto dumping de los tomates mexicanos, pero de todas formas no creemos que se vaya a hacer nada al respecto. Sabemos que ha habido algunos casos en que han vendido más barato que nosotros, por lo que no hay manera de competir de manera justa”.
Efecto poco claro
McGee tiene el apoyo de otros productores de la región que no quieren ser nombrados. Un productor de Florida que también se abastece de tomates de México en ciertas épocas del año, menciona que aún está por ver qué efecto tendrá, pero también señala que el problema es más complejo que las importaciones mexicanas, e incluso que los tomates. “Es algo que las empresas tendrán que analizar mejor y luego actuar en consecuencia”, señala un portavoz. “Va más allá de México, porque Canadá también exporta tomates a los Estados Unidos, y luego están los productores de Florida que también cultivan en México. Además, tampoco se trata solo de los productores de tomate de los EE. UU. No estamos protegiendo nuestros agricultores, sea cual sea el su producto. Incluso hay cuestiones estatales que afectan también a otros estados, así que es un tema muy complejo”.
“FTE está satisfecha con que el Departamento de Comercio haya reconocido el fracaso del actual acuerdo de suspensión. La industria estadounidense tiene importantes desventajas con respecto a México en lo que respecta al coste de la mano de obra y en las normas en general“, añade Michael Schadler, vicepresidente ejecutivo de Florida Tomato Exchange. “Si permitimos que el dumping y los subsidios mexicanos se sumen a esas otras desventajas, la industria de los EE. UU. continuará retrocediendo. Por lo tanto, la aplicación estricta de la ley comercial es importante, y creemos que esta decisión reciente de cancelar el acuerdo de suspensión el 7 de mayo es un paso en la buena dirección“.
¿Es un farol?
En el otro lado de la balanza están quienes opinan que en realidad no ha habido dumping. En cambio, afirman que los productores de Florida no se han esforzado lo suficiente por mantener su posición en el mercado y están aprovechando el acuerdo de suspensión para tratar de alterar el mercado a su favor.
“Nunca me pareció que el acuerdo de suspensión fuera justo”, asegura Paul Manfre, de TopKatz, una correduría de frutas y hortalizas de Nueva York. “Siempre que se interviene en el mercado a través de injerencia normativa, se fracasa. El acuerdo de suspensión creó un falso fondo que respaldó los precios y era insostenible. Antes de que el acuerdo de suspensión entrara en vigor, se preferían los tomates Roma de Florida porque eran de mejor calidad que los que México podía producir en ese momento. Sin embargo, con el paso de los años, los productores mexicanos mejoraron sus prácticas y su calidad, hasta el punto en que igualaba o incluso superaba a la del producto de Florida, lo cual se tradujo en un aumento de la demanda del producto mexicano”.
Con respecto a las afirmaciones de la existencia de dumping, Manfre dice que las caídas de los precios son una característica de un mercado de oferta y demanda y que los productores deberían esperar altibajos. “No existe el dumping hortofrutícola”, explica. “Cada producto atraviesa sus ciclos de picos y valles en demanda y volumen, y los precios reaccionan en consecuencia”.
Mayo
A solo un par de meses para el 7 de mayo, la industria mexicana aún confía en renovar el acuerdo. Actualmente la AMHPAC se está esforzando al máximo para que ello ocurra. “Querer es poder, y nuestra voluntad mexicana está muy presente. Espero que así sea en Florida también, porque un nuevo acuerdo beneficiará a ambas partes”, concluye Woltman.