BOLETÍN DE PRENSA SADER.
México es el primer importador de leche en polvo y el quinto en leche fluida. La dependencia de estas importaciones representa el 35% del consumo.
CIUDAD DE MÉXICO. La producción lechera de México, concentrada en tres regiones con 11 estados de la República, está en condición de crecer y de fortalecerse en términos de sanidad, calidad, mecanismos de acopio, industrialización y consumo.
Funcionarios de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), así como de un conjunto de instituciones responsables de tareas de acopio, comercialización, sanidad y financiamiento rural, se reunieron para dar pauta, con un diagnóstico preliminar, a un plan de acción que involucrará en su diseño y compromisos a los productores e industrializadores de leche, y que pretende avanzar en el reto de la autosuficiencia alimentaria, reto establecido por la Cuarta Transformación.
Los subsecretarios de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera, y de Agricultura, Miguel García Winder, encabezaron la reunión en la que se reconoció que México depende en alrededor de 35 por ciento de importaciones de leche en polvo y de productos lácteos, por lo que es viable determinar metas anuales de abatimiento de esta dependencia.
Se subrayó que, en encuentros con la Sader, productores e industriales de leche, particularmente de pequeña y mediana escala, han expresado su compromiso de fortalecer la actividad y, más que subsidios, lo que requieren es capacitación, asistencia técnica, financiamiento de la banca de desarrollo, certificaciones de calidad.
Igualmente, han solicitado apoyo para aprovechar nichos de mercado y acceso a comercializar productos elaborados (como quesos) por medio de la red de tiendas de Diconsa, así como de las ventas institucionales desde el organismo Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX).
En el diagnóstico preliminar analizado se establece que la producción lechera de México sumó 12 mil 800 millones de litros en 2018.
El país es el primer importador de leche en polvo y el quinto en leche fluida; en 2018, importó el equivalente a tres mil 740 millones de litros de ambos productos, más 2.3 millones de toneladas de otros lácteos.
El consumo anual de leche en el país es de 16 mil 120 millones de litros, esto es, 122 litros anuales per cápita, pero hay margen para que este último crezca a 188 litros per cápita, que es la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La evaluación señala también que la producción nacional de leche fluida se concentra en tres regiones. 1.- Chihuahua, Durango y Coahuila (con un aporte de 30 por ciento del total), 2.- Jalisco, Aguascalientes y Michoacán (26.6 por ciento), y 3.- Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, estado de México y Puebla (24.7 por ciento).
xiste potencial para elevar allí la producción y mejorar sus sistemas productivos, de sanidad y de manejo, y también de crecer en la región sur-sureste, en Veracruz, Tabasco, Chiapas y Campeche, donde hoy se produce el 7.3 por ciento del total nacional. Detonar esta región será tarea del programa estratégico de Cuencas Lecheras de SADER.
El subsecretario Víctor Suárez afirmó que el trabajo de este grupo sectorial aspira a construir de manera ejecutiva una “política para la autosuficiencia alimentaria en leche; definir una primera gran plataforma de acción que tendrá una retroalimentación y consenso de los actores de la producción, industria y distribución de la leche, quienes conforman un sector con propuestas muy bien fundamentadas y que son aliados muy importantes”.
Por su parte, Miguel García Winder destacó la importancia de incluír aspectos como tecnología avanzada para el acopio local de leche, regulación de impuestos y armonización de legislaciones y, un tema fundamental, atender el reto del cambio climático.
Entre los puntos a discutir y definir en próximas reuniones de este grupo están: metas a alcanzar en autosuficiencia para 2024, mecanismos específicos para elevar la productividad (como mejoramiento de la genética del ganado, del manejo nutricional y de la reproducción, mecanización en la ordeña y red de enfriamiento) con consideraciones regionales y de tipo de productores, y fórmulas para la inocuidad, calidad y sanidad tanto de producción interna como de importaciones.
Además, construcción de un sistema de asistencia técnica; acceso a tecnologías de punta y financiamiento de la banca de desarrollo; mecanismos para inducir una lechería con menores emisiones de gases de efecto invernadero, fortalecimiento del consumo, y de definición del papel de Segalmex (Diconsa y Liconsa) en toda la estrategia.
En el encuentro también participaron el coordinador general de Desarrollo Rural, Salvador Fernández Rivera, el director del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), Javier Trujillo, el director de Producción de Liconsa, Bernardo Fernández, y representantes del organismo Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), de Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (Fira), Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesquero (FND) y Fideicomiso de Riesgo Compartido (Firco), así como de la Coordinación General de Ganadería de la Sader.