Durante 35 años, Bayer Crop Science México estudió, analizó y desarrolló un híbrido de maíz que se llama Delfín dentro de un sistema innovador denominado Vitala con el propósito de mejorar la producción nacional del maíz, contribuir a la seguridad alimentaria y ayudar a los agricultores a enfrentar los retos del cambio climático.
Manuel Oyervides es el líder de mejoramiento genético de la empresa y nos explicó que no hay manipulación biotecnológica, sino desarrollo de genes del maíz con cruzas y reproducción. “Nuestro híbrido produce una planta enana, de 60 centímetros (el promedio actual es de un metro con 60 centímetros), y favorece la productividad. Por su raíz y tallo, aguanta rachas de viento hasta de 50 kilómetros por hora (hay registro hasta de 150 kilómetros), es tolerante a lluvias torrenciales, heladas o sequías. Durante el tratamiento se reforzó la semilla contra enfermedades como la roya y el follaje”.
En 1930 comenzó la era de los híbridos a escala mundial y México no estuvo al margen, y por eso “llevamos 35 años de investigación, de cruzar plantas y genes; los híbridos en México son los responsables de los incrementos más grandes en la producción de maíz y Delfín es resultado de esa genética acumulada”.
El doctor Oyervides explicó que, por su tamaño, se aumenta entre 20 y 30 por ciento el número de plantas por hectárea, hasta 145 mil, que se aprovecha mejor la luz natural para destinar más energía y nutrientes, mejora la fertilización y conserva la humedad del suelo 10 días más que otros maíces.
El desarrollo del nuevo maíz es totalmente mexicano y ya se está aplicando en otras partes del mundo en campos de investigación. “Lo que se trata es que convierten sus maíces vía la cruza para tener genética local. Somos el primer país con esta tecnología”.
“El producto de Bayer ya generó gran demanda en Sinaloa, donde siembran 550 mil hectáreas con una media de producción de 11 toneladas; nuestros maíces podrían aumentar la productividad a 16.5 toneladas por hectárea. En 2018 fue el primer lanzamiento comercial con agricultores líderes con extensión mínima de 400 hectáreas; les vendimos 10 mil sacos de semilla comercial totalmente garantizada, y es tanto para maíz blanco como amarillo”. Mañana le platico más.
La producción de maíz, 70% con híbridos
El 24 de septiembre el Senado avaló el dictamen de la ley que fomentará y protegerá al maíz nativo y evitará modificaciones que pongan en riesgo la salud humana. Está ahora en manos de los diputados su posible aprobación, aunque ya hay voces que exigen más claridad en el texto redactado porque no aclara cuáles son maíces genéticamente modificados y cuáles son los de hibridación o mejoramiento.
Manuel Oyervides, líder de mejoramiento genético de Bayer Crop Science México, aseguró que es positivo cuidar el maíz nativo, pero advirtió que si se prohibiera sembrar híbridos “sería catastrófico porque 70 por ciento de la producción nacional es con el uso de semillas híbridas. El maíz nativo tiene un rendimiento de 500 kilogramos por hectárea y si solo se usara este grano, tardaríamos 400 años aproximadamente en alcanzar los actuales niveles de producción”.
De acuerdo con las estadísticas, la producción nacional de maíz blanco es de alrededor de 24 millones de toneladas. “Somos autosuficientes porque las necesidades son por 23 millones; en el caso del maíz amarillo tenemos que importar 13 millones de toneladas de Estados Unidos porque su precio es más barato. Nuestro objetivo es elevar el rendimiento en la producción de maíz blanco para atender el crecimiento de la población; somos 126 millones y en 2050 se prevé llegar a 140 millones. También tenemos que producir más maíz amarillo para reducir compras externas”.
El especialista destacó que la iniciativa de ley es “confusa” porque en todo el mundo se conoce a la semilla básica de maíces nativos, que “es una categoría en el proceso de certificación de semilla de híbridos. ¿Cómo se mezcla esto que no tiene nada que ver con lo nativo ni con lo híbrido? La diversidad genética debe ser preservada, y las mejores colecciones, las más grandes que se hicieron en los años 40, están en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) con sede en Texcoco y en la Universidad de Chapingo, además de los existentes en Colorado y en la Isla de Normandía para usarlos en caso de un cataclismo. Hay más del tema.
Bayer estudia el maíz del sureste
Bayer Crop Science México tiene como objetivo comercializar a Delfín, su híbrido de maíz reforzado contra enfermedades y adversidades climáticas, además de en Sinaloa, en el Bajío, en la ciénaga de Chapala y luego en el occidente del país en aproximadamente 700 mil hectáreas. Ahí se tiene el potencial más alto de rendimiento para fortalecer el objetivo de seguridad alimentaria; se sumarían a más de 550 mil hectáreas sembradas de Sinaloa, lo que implicaría elevar en cinco toneladas más la producción nacional.
Manuel Oyervides, líder de mejoramiento genético de la empresa, destacó que un problema que debe atenderse es el almacenamiento de la producción tanto del maíz blanco como del amarillo, porque en el país “no tenemos reservas estratégicas, y en una situación de clima agresivo estaremos tronados si no tenemos ese almacenamiento”.
Respecto a la producción en el sureste de México, el especialista destacó que no se tiene mucha experiencia en el desarrollo de semillas progenitoras en la zona y que continuarán las conversaciones con productores y autoridades locales para las investigaciones del maíz con el fin de atender las necesidades con semilla adecuada. Se tienen cinco centros de investigación sobre el maíz: Nextipac y Tlajomulco de Zúñiga. en Jalisco; dos cercanos a Tepic, Nayarit, y otro en San Juan de Abajo, cerca de Puerto Vallarta, donde se produce 60 por ciento de las líneas progenitoras para todo el mundo.
Los programas más importantes, destacó Oyervides García, están en México, Brasil, Estados Unidos y en Europa, con Italia a la cabeza, y se intensificaron las negociaciones con China e India para resolver problemas relacionados con la propiedad intelectual. “Nuestras semillas ayudan a una mejor alimentación, pero también contribuyen a combatir la pobreza porque se pueden utilizar en zonas donde la productividad por hectárea es baja y solo se siembra para autoconsumo; con semillas como Delfín los campesinos de la zona podrían aumentar producción y comercialización”.
Frente a estos hecho, cobra importancia el acuerdo entre Gruma y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) para comprar 5 mil toneladas de maíz nativo a 200 campesinos de Oaxaca, Guerrero y Puebla, operación que puede representar 50 millones de pesos.
J. JESÚS RANGEL M. ESTIRA Y AFLOJA. MILENIO DIARIO.