El gobierno federal se ha enfocado en la actividad forestal de un millón de hectáreas del programa Sembrando Vida, pero con él no atiende la problemática de los 94.5 millones de hectáreas de bosques, selvas, manglares, matorrales xerófilos y otra vegetación del territorio forestal del país, advierte en un análisis el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible.
Detalla que mientras Sembrando Vida cuenta con 26 mil millones de pesos anuales para establecer sistemas agroforestales en un millón de hectáreas, la Conafor recibe 2 mil 500 millones de pesos con la responsabilidad de cumplir con acciones estratégicas y fundamentales, como poner en marcha estrategias para transitar a una tasa de cero por ciento de pérdida de carbono en un territorio 94 veces más grande.
Indica que la siembra de árboles intercalados con frutales y cultivos agrícolas no es un programa forestal. Hay unas mil 700 comunidades y ejidos con programa de manejo de bosques, que los aprovechan y conservan, lo cual ha hecho del país un referente global de forestería comunitaria, explica.
Impulsos pendientes
Agrega que también se debe impulsar el manejo forestal comunitario que realizan mas de 2 mil ejidos y comunidades en 8 millones de bosques y selvas, así como autorizar el funcionamiento de nuevos aserraderos y garantizar la legal procedencia de la madera.
Además, la Conafor debe prevenir, combatir los incendios forestales, realizar acciones de saneamiento de los ecosistemas forestales y reducir el avance de las plagas.
Agrega que la Conafor tiene amplias funciones que vinculan a muchos más millones de hectáreas y de personas que Sembrando Vida, con este programa no se cumple con la responsabilidad que la ley mandata al Ejecutivo para con el tema de los territorios forestales. Se requiere una intervención gubernamental contundente que, de manera coordinada y respetuosa con las comunidades y ejidos, permita avanzar en la solución de la problemática
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Entre los problemas enumera la tala ilegal de madera y la extracción ilegal de especies de flora y fauna; la ausencia de desarrollo tecnológico para mejorar el aprovechamiento e industrialización de decenas de productos que provienen del bosque; la degradación del arbolado por el estrés hídrico generado por el cambio climático y el debilitamiento de las estructuras comunitarias que administran los territorios colectivos forestales frente al avance del crimen organizado.
Fuente: Inforural.com