Chihuahua-.
La producción agroalimentaria está considerada como una actividad esencial, que desde el inicio de la declaratoria oficial de la pandemia del Covid-19 ha seguido operando en toda la cadena de suministro, desde la elaboración y fabricación de insumos necesarios para la actividad, la producción primaria, el almacenaje, la transportación, la industrialización y distribución hasta llegar al consumidor.
En los centros de distribución no se han tenido problemas de desabasto de alimentos a la población, en las unidades de producción se reforzaron las medidas de prevención y control de contagios, no existe registro de que alguna empresa del sector agroalimentario haya tenido que cerrar sus operaciones por motivos de contagios masivos, los productores , trabajadores y jornaleros agricolas han realizado su labor a pesar del riesgo que ello implica lo cual como sociedad debemos de agradecer y reconocer también.
No imaginamos un escenario en el que, en los mercados, en los autoservicios se tuvieran los anaqueles vacíos, lo cual sin duda agravaría aún más los impactos de esta pandemia.
El cierre de restaurantes , de hoteles y la drástica disminución del turismo en nuestro país ha generado un impacto muy importante en el consumo de la alimentos, por lo que algunos subsectores como el pecuario ( carnicos de res, de puerco, pollo, lácteos) en algunas frutas, hortalizas y el sector pesquero se vean con problemas para el desplazamiento de su oferta ante una contracción de la demanda, aunado a ello, la pérdida de empleos y la disminución de los ingresos de millones de mexicanos también ha generado un impacto importante en la demanda y un cambio en los hábitos de consumo.
Más sin embargo el sector primario, es el único sector de la economia que sigue mostrando crecimiento, en el primer trimestre de este año versus el mismo trimestre del año anterior el sector agropecuario creció en 1.1 % cuando la economia decreció un -2.2% , el sector secundario -3.5% y el terciario -1.2% , ya en el segundo trimestre ( de enero a junio 2020 comparado con el mismo periodo del año anterior) hay una contracción mayor de la economia en donde el PIB nacional decrece en -10.5%, las actividades primarias crecen el 0.3%, las secundarias decrecen en -14.7% y las terciarias en -8.4%.
El Mundo, México y el sector agroalimentario no serán los mismos después de que pase esta pandemia, hay cambios en los hábitos de consumo, en la forma de relacionarnos , en las propias operaciones de las empresas, muchas de ellas han encontrado en el llamado “home office” una forma de trabajo más eficiente y menos costosa, de igual manera tenemos una sociedad más responsable, más informada que demanda productos de mayor calidad y más sanos, pero también tenemos empresas más comprometidas con el medio ambiente, con la eficiencia de los procesos y el uso de los recursos naturales, empresas más comprometidas con sus trabajadores y sus familias, existen nuevas formas en el comercio de alimentos, la tecnología a través de propias aplicaciones está permitiendo que cada vez se realicen mayores compras de manera electrónica, otras de ellas en donde el consumidor puede tener mayor información de los productos que adquiere, donde fueron producidos, bajo que procesos , con que certificaciones cuenta, toda la información nutrimental y de cualquier tipo que conecte al cliente directamente con el origen del producto.
Sin duda las empresas se tienen que adaptar a esta nueva realidad, la tecnología seguirá jugando un papel preponderante en el presente y el futuro del sector agroalimentario.
La producción de alimentos y asegurar el abasto a la población debe ser un tema de prioridad nacional en la agenda de Gobierno, es fundamental una política pública enfocada a elevar la productividad del sector agroalimentario, una agricultura más sostenible, sustentable e incluyente que atienda las necesidades de los nuevos tiempos que estamos enfrentando.
Ing. Luis Fernando Haro Encinas.
Director General Consejo Nacional Agropecuario.