México aprovechó el extinto Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para convertirse en el gran socio de Estados Unidos, pero en ese proceso se olvidó casi por completo de Canadá, el otro país incluido en el acuerdo.
La anterior situación sucede en todos los sectores comerciales y el campo no es la excepción.
Según datos del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), el 75.7% de las exportaciones del campo mexicano en 2019 fueron hacia Estados Unidos, con productos que alcanzaron un valor de 29,345 millones de dólares (mdd).
El segundo país al que México exportó más productos del agro fue Japón, aunque el porcentaje fue mucho menor: apenas el 2.9%, con un total de 1,112 mdd.
En las importaciones agroalimentarias ocurre también la misma desproporción entre los primeros dos países de origen; el 66% de los productos que entraron al país provinieron del primer lugar, Estados Unidos, mientras que del segundo, que en este caso fue Canadá, llegó el 5.9%.
La vecindad con Estados Unidos y el acceso preferencial que estableció el TLCAN son las principales causas de que el comercio agrícola con México se haya multiplicado por 8 desde 1994 y el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) puede prolongar esto; sin embargo, Canadá no debe ser olvidado, planteó Leticia Armenta, doctora en Economía y académica del Tec de Monterrey Campus Ciudad de México.
“Canadá es un mercado muy semejante a Estados Unidos”, afirmó la también directora del Centro de Análisis Económico del Tec en entrevista con Forbes México.
La especialista destacó que el mercado mexicano, a su vez, se ha ido asemejando también al estadounidense con el contacto cultural tan estrecho que hay, por lo que el acceso de productos del campo a Canadá no supone grandes retos en ese aspecto.
La principal barrera, planteó, es la logística de los envíos, especialmente en el caso de los alimentos no procesados, a fin de que no pierdan frescura.
No obstante, Armenta señaló que en el sector exportador, las barreras que hay que romper “a veces son más culturales que técnicas”, por lo que conminó a los productores a animarse a exportar a Canadá y a hacer análisis de mercado.
Entre los alimentos que ella prevé que puedan resultar atractivos son todas las berries −fresas, zarzamoras, moras azules, entre otras−, que se han puesto de moda por su aporte a la salud.
De igual forma, todas las frutas y hortalizas que han ganado terreno desde el TLCAN y cuyo valor comercial es mucho mejor que el de cultivos tradicionales como el maíz y el frijol.
Sin contaminación política
En los últimos meses, el gobierno de Estados Unidos, presidido por Donald Trump, ha amagado con limitar el acceso de productos del campo mexicano por la llamada estacionalidad agrícola, es decir para proteger a frutos de temporada de sus productores.
Este ofrecimiento ha sido hecho de forma puntual a estados en los que Trump podría tener un rédito electoral, es decir, la medida que afectaría al campo mexicano tiene un trasfondo política, advirtió la doctora Armenta.
Este problema no sucede ni podría suceder con Canadá, ya que, de hecho, ese país tiene con México una complementariedad en la estacionalidad agrícola.
Esto, resaltó la académica, representa una ventaja más para que los productores mexicanos miren al norte del continente.
Toda vez que el T-MEC continúa el acceso preferencial de los productos del campo y las reglas para exportar a Estados Unidos y a Canadá son las mismas, el agro mexicano tiene en este segundo país una gran oportunidad en caso de que surjan complicaciones comerciales con la política proteccionista del actual mandatario estadounidense.
A esto, se le suma que el mercado asiático también es otra opción por su alto poder adquisitivo y porque los productos nacionales llegan a ser de lujo en esa región, mencionó la especialista.
Fuente: Inforural.com