CHILPANCINGO.
Comuneros de varios estados acusan que las mineras les han dejado contaminación de agua y tierra, sin embargo, estas empresas también invierten en educación, obra pública y generan miles de empleos.
La minería ha dejado beneficios y a la vez perjuicios en diversos estados, como Guerrero, donde los habitantes de Carrizalillo mantienen conflicto desde principios de mes con la empresa Equinos Gold, y no quieren renovar contrato de arrendamiento tras asegurar que esta minera incumplió 70 por ciento de los compromisos económicos y sociales que hizo y ha contaminado el agua y la tierra, además de causar afectaciones a la salud.
El comisario de la comunidad de Carrizalillo, Carlos Rodríguez, dijo que la población fue engañada sobre los beneficios que la mina Los Filos generaría a la población, pues ofrecieron construir hospital, centros comunitarios, talleres de maquila y empelar a toda la población con salarios muy bien remunerados, pero todo esto es una falacia porque en realidad el pueblo se está muriendo y la empresa enriqueciéndose.
La minera de Carrizalillo, en contraparte, ha generado dos mil empleos directos, de estos al menos 300 son de la comunidad, además de que los trabajos indirectos podrían llegar a los 10 mil. también contribuyó para la pavimentación del camino, se apoyó con infraestructura básica en salud y educación, además de que otorga becas a estudiantes destacados.
Puebla cuenta con cuatro minas a cielo abierto, técnica que utiliza grandes cantidades de agua y ácido sulfúrico, y Minera Gorrión, subsidiaria de la canadiense Almaden Minerals Ltd, pretende crear otra en Ixtacamaxtitlán, para la extracción de oro y plata en la que promete generar 600 empleos y dejar dos mil 600 millones de pesos por el pago de impuestos.
Los pobladores se han mostrado divididos en cuanto a la opinión de la mina; mientras unos manifiestan su rechazo total, otros consideran que podría ayudarles como fuente de empleo en la región, pero la comunidad indígena de Tecoltemi ya interpuso un amparo por la concesión de títulos por el Proyecto Ixtaca debido a que consideran que la explotación de la tierra podría tener impactos negativos al agua, la salud y el medio ambiente.
En Zacatecas, la minería ya provocó el desalojo de un pueblo, Salaverna, en el municipio de Mazapil. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales autorizó en 2013 la explotación de cobre a cielo abierto, sin embargo, el pueblo quedaba justo en la franja de explotación, por lo que se determinó, por parte de la empresa minera Tayahua, filial de Grupo Frisco, la construcción del Nuevo Salaverna, lugar al que se trasladarían los habitantes.
El proyecto tenía contemplado empezar a operar en 2014, sin embargo, unas 20 familias se negaron a dejar su tierra y han impedido que se concrete el acuerdo. La mina sigue con labores subterráneas, aunque habitantes denuncian que los movimientos de la tierra han causado estragos en sus casas.
Con información de Ana María Vacio/El Sol de Zacatecas, ofía Ruiz | El Sol de Puebla