Cd Mex-.
El maíz (Zea mays) para los mexicanos tiene una importancia biológica, cultural y económica. Sin embargo, no somos autosuficientes ya que importamos más del 30% del grano que consumimos.
Ante los efectos del cambio climático, aumento de temperatura global y cambios en los patrones de precipitación, la situación que vive el campo mexicano puede empeorar ocasionando bajos rendimientos del cultivo de maíz y pérdidas económicas para los productores. Esto supondría un riesgo a la autosuficiencia alimentaria, capacidad de una nación de producir el alimento que demanda.
Con la intención de conocer la situación que enfrenta el campo mexicano ante los cambios ambientales, la Dra. Carolina Ureta del departamento de Cambio Climático y Radiación Solar del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, en colaboración con agrónomos y matemáticos de diversas instituciones, desarrollaron la investigación “Rendimiento de maíz en México bajo el cambio climático”. En ella analizaron la relación de diez variables climáticas con el rendimiento de maíz en zonas de riego y temporal de siete estados de la República Mexicana, que representan el 65% de la producción nacional de maíz: Chiapas, Estado de México, Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Sinaloa y Tamaulipas.
Además, evaluaron el número de municipios por estado que alcanzan su punto de equilibrio, en donde los costos de producción son iguales a las ganancias. De esta forma se pueden conocer las regiones y productores que logran mantener una producción que no suponga una pérdida económica. Cabe mencionar que “rendir más no siempre se traduce en mayores ganancias para los productores, pues también implica invertir más dinero para producir“, señala Carolina Ureta.
México es uno de los principales productores de maíz a nivel mundial y de acuerdo a los datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) el consumo promedio per cápita al año de maíz blanco es de 196.4 Kg.
La producción de maíz no satisface las demandas de consumo ya que se importa 34.12% del grano que consume, cifra que representa la segunda tasa más alta de importación a nivel mundial, señala Ureta. Además, una investigación del 2015 sobre variación climática y variación productiva agrícola señala que la situación del campo mexicano no es favorable desde hace tres décadas debido a cambios en la temperatura y precipitación.
Ante esta situación histórica del campo mexicano es necesario evaluar escenarios futuros de cambio climático para generar análisis que guíen a los tomadores de decisiones a aplicar medidas para adaptarnos a las condiciones climáticas y que no se afecte la autosuficiencia alimentaria y la situación económica de los productores. Para evaluar la producción de maíz en diversos escenarios futuros de cambio climático se generaron más de 1000 modelos lineales mixtos en donde se relacionaron datos municipales del rendimiento de maíz para 13 años (2003 – 2015), obtenidos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), con variables climáticas provenientes de estaciones meteorológicas de cada municipio. Del millar de modelos se eligió uno a partir del criterio de Akaike, el cual permite seleccionar el que mejor caracterice los datos experimentales (Rodríguez, 2009). A partir del modelo elegido se proyectó el rendimiento para cada uno de los ~400 municipios evaluados y se observó que tanto las zonas de riego como las de temporal serán impactadas por el cambio climático, indicó la Dra. Carolina Ureta.
Las zonas de temporal son aquellas en donde la actividad agrícola está sujeta al ciclo de lluvias mientras que en las zonas de riego el cultivo depende de métodos para captar y suministrar agua. Debido a esta diferencia el estudio mostró que las zonas de temporal serán las más afectadas por el aumento de temperatura y las de riego por cambios en la precipitación.
Por otro lado los municipios que alcanzaran el punto de equilibrio, costo de producción igual a ganancia por cultivo, son en su mayoría zonas de temporal. Sin embargo, las zonas de riego son las que tiene mayor rendimiento, por lo cual la mayor parte del financiamiento va a esas zonas, dejando a los productores de zonas temporaleras, que regularmente son los pequeños productores, con menores oportunidades para subsidios y financiamientos.
Debido a ello una mejor estrategia sería apoyar a los pequeños productores para que aumenten su rendimiento en vez de forzar a los grandes productores a obtener mayores rendimientos a mayores costos, señaló Carolina Ureta.
Áreas de oportunidad ante los efectos del cambio climático
De acuerdo a la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (Conabio), se conocen alrededor de 60 variedades de maíz nativo, popularmente conocido como maíz criollo. Por lo tanto, aumentar la inversión en las zonas de temporal, que son las que predominan en el campo mexicano, permitirá conservar las variedades nativas de maíz, que son de importancia cultural para la población mexicana por los diversos usos y costumbres que se les da. Además, con esta inversión se puede conservar la biodiversidad in situ. Esto se refiere a que la conservación de los recursos genéticos de las especies vegetales y animales de ecosistemas agrícolas, se realicen en su hábitat natural y no fuera de él como ocurre en la conservación ex situ, mediante bancos de germoplasma (Ayaji, 2019). Por otro lado “la conservación de la diversidad genética brinda resiliencia a los sistemas ante ambientes cambiantes”, señala la Dra. Ureta.
Además de utilizar la diversidad genética del maíz para mitigar los efectos del cambio climático sobre el rendimientos de los cultivos, “México debe volver a invertir en su propia producción de semillas híbridas ya que la compra de éstas es de lo más caro dentro del ciclo de producción y sus precios los determinan empresas transnacionales”, destacó la doctora. Ureta.
Cómo una última observación y no por ello menos importante. Es necesario considerar las necesidades de los productores ya que ellos son los principales artífices que sostienen las demandas alimenticias. Antes los altos costos de las semillas es idóneo que los productores guarden algunas de ellas para los próximos ciclos de siembra.
Antes de poner el punto final a esta nota hay que recordar que los efectos del cambio climático afectarán al rendimiento de los cultivos de maíz y esto tendrá repercusiones principalmente en la economía de los pequeños productores. Esta situación, enmarcada en la actividad agrícola mexicana junto con el papel que tiene el maíz en la alimentación y en la economía de México, puede poner en riesgo la autosuficiencia alimentaria.
De no asegurar la disponibilidad de alimentos, la brecha económica y el derecho a la alimentación se marcarán aún más en un país que sufre una desmesurada desigualdad social.
fuente: imagenagropecuaria.com