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La creciente demanda de alimentos orgánicos y sustentables con el medio ambiente, que reduzcan o eliminen el uso de agroquímicos y sustancias nocivas para la salud, abre un universo de posibilidades de ingreso para agricultores, ganaderos o apicultores, los cuales si desean incorporar a este rubro deben seguir un proceso de conversión para certificarse como orgánicos.
El director general de México Orgánico, Asesoría y Capacitación S.C., Hernán Martínez Morales, que brinda talleres de capacitación para productores, organizaciones, empresas o personas interesadas en el mercado orgánico, puntualiza siete pasos básicos que debe seguirse en proceso de conversión.
Dejar de utilizar sustancias no permitidas por las normas orgánicas, como son los agroquímicos (fertilizantes, herbicidas, plaguicidas sintéticos). Además deberán implementarse las prácticas del cultivo y manejo del suelo conforme a las normas orgánicas.
El productor debe definir bajo qué normas desea certificarse. Existen diferentes para la producción orgánica, por ejemplo: Acuerdo por el cual se dan a conocer los lineamientos para la operación orgánica de las actividades agropecuarias (ALOA), los cuales aplican para productos que se cultivan en el territorio nacional mexicano; los reglamentos de la Unión Europea (CE) no. 834/2007 y (CE) no. 889/2008, los cuales deben cumplirse cuando el producto orgánico obtenido en el campo mexicano se desea exportarlo a algún país europeo; el USDA- NOP (National Organic Program), el cual debe cumplirse si la exportación del producto orgánico se realiza a los Estados Unidos.
El productor debe conocer los requisitos de estas normas y aplicarlos en el campo de producción de la materia prima y en el procesamiento
Establecer un Plan de Manejo Orgánico (PMO), en el cual debe describirse las actividades a realizar en el cultivo, así como el manejo del producto orgánico cosechado. Cumplir en el terreno con lo establecido en el PMO.
Deben implementarse prácticas para la conservación y para fomentar la fertilidad del suelo; la rotación y asociación o intercalación de cultivos; la prevención de plagas y enfermedades, las labores culturales oportunas en los cultivos y elaborar un registro detallado de actividades antes mencionadas.
También hay que evaluar en qué medida se están cumpliendo las normas orgánicas e identificar puntos de mejora, esto se puede hacer mediante el seguimiento del PMO.
Para los fines de certificación de un producto orgánico, además de lo anterior, es importante llevar los registros, tanto de actividades que se realizan, como los volúmenes de producción, informes de empaque, procesamiento, ventas y existencias de producto, esto con la finalidad de cuidar siempre la trazabilidad del producto orgánico, de la finca a la mesa.
Hernán Martínez destaca que el proceso de conversión no sólo aplica para cultivos, sino también para las actividades pecuarias (apicultura, ganadería, avicultura, por ejemplo) y el tiempo que se requiere, conforme ALOA, es de dos años antes de la cosecha para cultivos anuales como maíz, frijol, avena, garbanzo, entre otros; para cultivos perennes como la naranja, aguacate, cacao, café, arándanos, etcétera, se requieren tres años para el periodo de conversión; para praderas y forrajes perennes, son dos años antes de su aprovechamiento o cosecha.
En animales el tiempo de conversión será de al menos doce meses en bovinos y equinos destinados a la producción de carne, y en cualquier caso durante tres cuartas partes de su tiempo de vida; en porcinos y pequeños rumiantes (ovinos y caprinos), de al menos seis meses; en animales destinados a la producción de leche (bovinos, caprinos y ovinos), de al menos de seis meses.
fuente: imagenagropecuaria.com