La historia de Don Juan: perdió a su esposa e hijo en el Aeroshow, ahora siembra girasoles y espera venderlos
Chihuahua-.
Juan Valencia es un trabajador del campo, aunque cuenta con una carrera en Contabilidad, y ama -lo dice varias veces durante la entrevista- lo que hace: sembrar flores: mano de tigre, cempasúchil, margaritas, y girasoles. Hace unos años un golpe de la vida le arrancó a compañía de un hijo y de su esposa en un accidente, y desde entonces ha volcado toda su ternura, dolor y entusiasmo en la floricultura pero otro golpe: la pandemia de coronavirus, pone en peligro su cosecha.
Fue en el 2013 cuando Juan Valencia vivió el pasaje más crudo de su vida; un sábado 5 de octubre. Su esposa e hijos habían ido a un evento masivo organizado por el Ayuntamiento, ahora el evento es famoso por ser un referente de los accidentes: el aeroshow. En este evento perdió la vida su esposa, un hijo, y una hija quedó mutilada.
Don Juan cuenta cómo perdió prácticamente a su familia, y sonríe con fuerzas de quién sabe dónde mientras explica su historia familiar, y su oficio de floricultor. Uno apenas logra imaginarse qué se sentirá perder a un familiar en tan trágicas circunstancias, luego nos invita a la parcela en la que siembra girasoles. -¿Por qué decidió sembrar girasoles? -Pues hace mucho vi un reportaje, en Sonora, y pensé que podía traer esa flor aquí, para variarle, -me responde.
-¿Y cómo ha estado la venta de flores después de las publicaciones en redes sociales?
-Pues bien y mal. Vienen, y se toman fotos. Algunos compran flores, pero no se ha vendido lo que esperábamos. Con la primer helada se va la oportunidad de vender nuestras flores, se marchitan con frío, las perderemos.
Además de Don Juan, en estas parcelas trabajan otros 5 campesinos, son 6 en total. Antes de que el Señor Valencia trabajara estas tierras, cuenta, fueron de su padre. Y antes de su padre, de su abuelo. Las hectáreas que heredó él y algunos de sus parientes se encuentran en una zona histórica de Chihuahua: el ejido Concordia que alguna vez formó parte de la Hacienda de Tabalaopa.
Desde la carretera Chihuahua- Aldama se observa un colorido paisaje al fondo; son los campos de flores de Don Juan. En el entorno los ejidos se han modificado, y apenas a unos 100 metros del campo de flores se encuentra un fraccionamiento. Es la modernidad y la urbanización que van devorando los antiguos lugares en donde pequeños y medianos productores sembraban y cultivaban la comida de la Capital.
Con la prohibición de la visitar los panteones el Día de Muertos, la posibilidad de vender las flores se esfuman, y reconocen que tendrán solamente pérdidas. Por lo menos han invertido 200 mil pesos en producir estas flores, más el esfuerzo incuantificable que desde el mes de marzo han iniciado. Por ello venden ahora las flores más baratas, y piden a los chihuahuenses consumir estas flores para altares el Día de Muertos.
Los interesados pueden comprar estas flores en la Avenida Palestina y Calle Chihuahua, del Ejido o Colonia Concordia, al sur de la Capital. No hay cobro para los visitantes que deseen hacerse fotografías, pero se pide compren ramos de flores, cuyos precios van desde los 50 pesos hasta ramos de 10 girasoles por 200 pesos.