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viernes, noviembre 22, 2024

COVID-19 frena los programas de arándanos importados en EE. UU.

La oferta de arándano es reducida y se le puede achacar en gran medida a la COVID-19.

“Está afectando al suministro y a la actividad en los Estados Unidos; está afectando al negocio en este momento”, dice Luciano Fiszman, de la empresa californiana Gourmet Trading Co. con sede en Redondo Beach.

Fiszman señala que, ahora mismo, la oferta peruana se ha reducido, algo normal, al igual que los embarques de México, lo que también se corresponde con la actividad comercial histórica. “Pero estamos en plena campaña chilena y las cifras tienden a la baja, y no tiene nada que ver con la falta de frutos en los arbustos ni con un fenómeno meteorológico”, asegura Fiszman.

Los problemas de mano de obra en Chile

En Chile, los productores se enfrentan a problemas de mano de obra. “La gente está enferma o aterrada de contraer la COVID-19. Algunas personas están recibiendo subsidios del Gobierno, y si fueran a los campos a recolectar, perderían esa ventaja”, explica Fiszman. Indica también que, en especial al comienzo de la temporada, los productores de arándanos perdieron mano de obra frente a los cultivos de cerezos, porque es más lucrativo recolectar cerezas.

¿La consecuencia? “Posiblemente habrá más fruta que se recolectará tarde y que acabará en el mercado de productos procesados”, dice Fiszman. “Y mucha fruta se desperdiciará antes de llegar al mercado de los frescos. Si no se ha recolectado a tiempo, no llegará más tarde”. Destaca que Chile tiene dos picos, principalmente: el primero es en la región centro-norte del país, donde se recolectan las variedades más tempranas, mientras que el segundo es en la región centro-sur, con variedades más tardías. “Y creo que hemos perdido ese primer pico. Aún está por ver cómo va el segundo pico, pero el primero ha pasado sin que el mercado se haya dado cuenta”, afirma, y añade que Chile es principalmente el país que está suministrando arándanos a Norteamérica y que lo hará hasta que llegue México. Para San Valentín, seguramente los volúmenes mexicanos aumentarán, pues el pico de recolección es en marzo/abril.

En Norteamérica, parece también que un problema en los puertos está impidiendo el movimiento de la fruta. “Tanto los puertos de la costa este como de la oeste están funcionando a plena capacidad, pero ahora es más baja delo habitual porque cuentan con menos personal, lo cual, una vez más, se debe a la COVID-19”, manifiesta Fiszman. Apunta que los puertos de la costa oeste están más afectados que los de la costa este, “pero por eso también en el mercado escasea la fruta ahora”, añade.

Predicción de la demanda

Mientras tanto, la demanda, es una montaña rusa. “Ha sido complicado predecir la cosecha, pero mucho más difícil ha sido predecir la demanda. Los restaurantes abren y cierran, y va variando según el estado. Hay confinamientos, pero no simultáneos”, dice Fiszman. Sí que indica que el interés en los estilos de envases ha cambiado y que los consumidores se inclinan ahora hacia formatos más grandes. “La gente los compra para comer en casa en lugar de para tomar como snack de camino al trabajo, lo que se traduce en envases más grandes”, explica.

La demanda de producto ecológico también sigue fortaleciéndose. “Las grandes tiendas lo demandan y lo quieren todo el año”, asegura Fiszman. “El precio es más competitivo, lo cual ayuda a todos. Si un consumidor compra producto ecológico, paga un precio más alto, pero hay que ofrecer calidad para que repita la compra”.

Todo esto ha hecho que los precios continúen variando. “Hace dos semanas, el precio estaba a un nivel y se movió, y dentro de dos semanas volverá a hacerlo. Los precios han cambiado con diferentes patrones este año más de lo normal”, reconoce Fiszman. “El precio en noviembre/diciembre estuvo por debajo de los niveles históricos, y ahora en enero parece prometedor. Pero es un reflejo de la escasez en el mercado”.

Fuente: Inforural

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