¿Recuerdan un estudio llamado ‘gato por liebre’? Demostraba que los pescados y mariscos que nos vendían no eran realmente lo que nos ofrecían y nos daban ‘gato por liebre’.
Quienes hicieron ese estudio, hicieron otro más, pero sobre la información con la que se toman las decisiones del sector pesquero nacional y encontraron que se hace con información vieja, no actualizada, obsoleta y fuera de la realidad de las costas mexicanas.
La base de la toma de decisiones del sector pesquero mexicano es la Carta Nacional Pesquera y los Planes de Manejo. En la primera están enlistadas más de 580 pesquerías con sus características, ubicaciones, artes de pesca, vedas, así como del esfuerzo pesquero, es decir cuántos pescadores ribereños y de mediana altura se dedican a ello.
El otro instrumento son los Planes de Manejo, que cada pesquería debería de tener, ya que ahí se aborda detalladamente las artes de pesca, las poblaciones de captura, el esfuerzo pesquero, los tiempos de reproducción, entre otros.
Estos instrumentos deben estar en contante actualización. La Carta Nacional Pesquera se debe actualizar por lo menos cada año y cada pesquería debe tener su plan de manejo, pero se hizo por última vez hace ocho años y apenas el 25 por ciento de las pesquerías tienen planes de manejo.
La organización que hace estos estudios, análisis o auditorías como le llaman ello, es Oceana. Es internacional y realiza los estudios para encontrar soluciones que puedan llevar a la sustentabilidad pesquera.
Lo encontrado en el estudio nos lleva de inmediato a Yucatán, donde el sector pesquero, en el consejo estatal de pesca, encabezado por la Secretaría de Pesca, pidió a Conapesca que se estudie y analice la apertura de temporadas de pepino de mar y caracol.
La respuesta fue negativa, Conapesca argumentó que la Carta Nacional Pesquera determina que son especies en veda permanente y no habría solicitud de estudio para analizar una minitemporada.
Y aún más, si llegara a hacerse un estudio, necesitan ‘evidencias’ que son los pescadores los interesados en abrir las temporadas, es decir no basta que lo pida el consejo estatal de pesca , que encabeza la Secretaría de Pesca y en el que están representados pescadores, industriales, investigadores, organizaciones civiles.
¿Por qué si la Carta Nacional Pesquera no se ha actualizado desde hace ocho años, se da una negativa a una petición?
¿Por qué en lugar de la negativa no se hacen los estudios y con la evidencia científica del Inapesca se demuestra que no hay la biomasa o el recurso suficiente para abrir temporadas de captura?
La labor de las organizaciones civiles de investigar, informar y de alguna manera incidir en las políticas públicas, hace evidente la realidad.
En Yucatán, más de 12 mil pescadores se encuentran en veda de pulpo, mero, pepino, caracol y desde marzo de langosta.
Son las pesquerías de mayor valor e impacto social en la costa yucateca, esto significa que sus ingresos están limitados y lo que buscan es que se abran nuevas temporadas y permisos.
Sin embargo, se dio la negativa.
Los pescadores recuerdan las palabras del presidente de México, cuando desde Progreso dijo que se iba a trabajar en rescatar el metro y buscar alternativas.
Las alternativas no han llegado, no hay otras pesquerías habilitadas, no hay el ordenamiento esperado y tampoco la inspección y vigilancia, por lo que las capturas ilegales continúan.
El sector pesquero sigue reflejando en estudio y en la realidad costera, que se sigue caminando ‘como antes’, a ciegas.
Fuente: VERÓNICA MARTÍMEZ.