El modelo del sistema llamado Rosa Tumba y Quema esta rebasado, porque la recuperación de la vegetación es menor a los 15 años que se anotaban en las pláticas con los productores.
Hemos sumado muchas iniciativas y ejemplos para poder plantear una nueva agricultura que no sea tan destructiva como la que nos ha llevado a arriesgar la seguridad alimentaria de muchos humanos. Hemos causado alteraciones al ambiente y no podemos minimizarlos por el momento con trabajos de gabinete. Está claro que no debemos ensalitrar los suelos aplicando niveles excesivos de fertilizante, tampoco debemos seguir aplicando pesticidas por los riesgos que nos han mostrado. Existen alrededor de 25 alimentos del sector agrícola de los que dependemos la mayoría de nosotros. Esa canasta básica se tiene que revisar. El problema de gramíneas es muy claro para nuestro país. Estamos importando una gran cantidad de ellas para atender la demanda nacional.
Hacer una lista de las causas de la crisis en la producción de alimentos es una tarea que debe de hacerse frecuentemente. Desde luego que hay que revisar el consumo de agua, la calidad de la misma, el daño a los suelos, la perdida de mucho del germoplasma y también el retiro de muchos campesinos de la parcela. El modelo del sistema llamado Rosa Tumba y Quema esta rebasado, porque la recuperación de la vegetación es menor a los 15 años que se anotaban en las pláticas con los productores. Existe además una respetable cantidad de patógenos que no se han eliminado y que hacen muy costoso cualquier hortaliza.
Repasando lo que he podido ver en los últimos 50 años que he estado atento al sector agrícola, es importante enseñar la educación ambiental no como materia optativa sino como una materia de mayor importancia. Me propongo compartir un par de experiencias que nos ayudarían a producir alimentos sin destruir el ambiente. El primer ejemplo se refiere a producir Hongos Comestibles. Los Hongos crecen en residuos o paja de maíz o de trigo u otras y recientemente publicamos que el sargazo en las costas de la Rivera Maya debería de capitalizarse para producirlos e impulsar este tipo de agroindustria. Recuerdo a inicios de 1990 que comparamos la cantidad de proteína que tenía Agaricus con el Chile, maíz y otros alimentos de la dieta. La grata sorpresa fue que lográbamos en 40 días producir Hongos Comestibles. Fue muy impresionante ver como de 1988 al 2011 se habían formado numerosas pymes en muchas partes del país. Lo que nos llevó como país a ser uno de los principales productores de Hongos. Existe una gran variedad de especies que son recolectadas principalmente durante la época de lluvias.
Otro modelo que se ha venido probando en los últimos 12 años, es el de incorporar el sector forestal a la seguridad alimentaria. Se seleccionó un árbol dominante de la selva del trópico Mexicano llamado Ramon. Este árbol está mencionado en los libros Sagrados de los Mayas y su nombre científico es Brosimun que quiere decir Comestible. El árbol es ampliamente utilizado por las comunidades Mayas como alimento pecuario desde hace al menos 500 años. Este árbol multiusos ha empezado a probar su capacidad para mitigar el cambio climático, dado que es una especie perenne. Los servicios ambientales de este árbol son muy apreciados porque sirven de ornato a la principal calle de Mérida, el famoso Paseo Montejo que tiene árboles de Ramon para modular la temperatura cuando se camina bajo de ellos. De igual forma en casas de las poblaciones Mayas se aprecian árboles de Ramon sembrados en los huertos familiares o traspatios. Los datos nos dicen que un Árbol produce 100 Kg de semillas por año. De tal forma que con 200 árboles por hectárea podríamos cosechar 20 Toneladas de Semilla por año. Esta semilla son la base de la alimentación de muchos animales en la selva en donde el Ramon es una especie dominante. Los análisis de la calidad de hojas.
Fuente: CRÓNICA