Desde un punto de vista fundamental, el USDA dijo en su reporte de oferta y demanda que hay más maíz, que la cosecha va al 52% de la superficie sembrada y que el ritmo de cosecha actual está muy por encima del promedio de los últimos cinco años
Tras el reporte sobre oferta y demanda mensual de octubre publicado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) hace quince días, en el cual sorprendió al mercado al incrementarle los rendimientos al maíz para este ciclo que se está cosechando y por ende aumentaron las expectativas de inventarios finales, haciéndolo a todas luces un reporte bajista, el maíz cayó con fuerza dos días, y a partir de ahí, subió siete de las últimas ocho sesiones en la Bolsa de Chicago.
Sin duda, lo anterior genera muchas dudas a los participantes del mercado, que se preguntan ¿por qué ante un reporte que a todas luces muestra mayor oferta de maíz, éste termina reaccionando al alza?
Pues bien, las respuestas a continuación:
En primer lugar, el mercado ha estimado, tras el reporte, que los precios del maíz en el contrato cercano (diciembre) se podrían mover dentro de un rango de entre 196.84 dólares y 216.53 dólares/tonelada, habiendo alcanzado al cierre del viernes un precio de liquidación de 211.80 dólares, es decir, hemos tenido fuertes movimientos dentro de ese rango de precios y con una tendencia a recuperarse tras el reporte del USDA, pero sin que haya llegado a tocar los niveles máximos esperados.
Tras el reporte se habló de que una vez dejados los números atrás, el mercado podría recuperarse exclusivamente por dos factores: un incremento sustantivo de la demanda y/o algún problema climatológico que afectara las siembras en Sudamérica, y sobra decir que el clima en Brasil ha sido excelente en esta semanas y que si bien a Argentina le ha faltado algo de lluvias en algunas zonas, aún no es momento de preocuparse por este hecho.
Por el lado de la demanda, la constante ha sido los excelentes márgenes para la Industria del etanol que aún se conservan, lo que sin duda implica que se siga demandando maíz para la producción de etanol.
De hecho, el miércoles nos mostraron que la producción de etanol para esa semana fue la tercera más alta desde que se lleva registro.
A lo anterior se sumó un fuerte dato de ventas de exportación semanales que se ubicó en 1.27 millones de toneladas, representando el mejor dato de ventas en el año comercial 21/22, de las cuales 629,000 toneladas fueron a destinos desconocidos y 429,000 para México.
Por su parte, los agricultores norteamericanos no han querido salir a vender su grano a los niveles actuales de precios.
La percepción del mercado es que están esperando a que el maíz toque niveles cercanos a los 216.53 dólares/tonelada, lo que ha implicado que se eleven las bases y esto ha hecho que se les encarezcan los costos a los compradores. Simplemente se trata de a ver quién aguanta más.
Por lo pronto y desde un punto de vista fundamental, el USDA ya dijo en su reporte de oferta y demanda que hay más maíz, que la cosecha va al 52% de la superficie sembrada, que si bien es cierto se quedó por debajo del 54% que esperaba el mercado, el ritmo de cosecha actual está muy por encima del promedio de los últimos cinco años que lo ubican en 41 por ciento.
A lo anterior habría que sumarle que las condiciones del cultivo se ubicaron en 60% de bueno a excelentes, es decir, un punto porcentual por encima de la semana previa.
Por su parte, la evolución de las siembras en Brasil y Argentina van avanzando bastante bien, por lo que en este momento, ese no es un factor que pueda soportar los precios elevados del maíz.
Con todo esto, lo que les quiero decir es que las alzas recientes en el precio, que dicho sea de paso se dieron con bajos volúmenes de operación, nos pueden dar una sorpresa y hacer que los precios del grano retomen su senda bajista en cualquier momento.
Sin duda el ciclo Otoño-Invierno que está por comenzar, será complicado para nuestros productores, porque por un lado hay buenas producciones en Estados Unidos y por el otro, los costos de producción se han incrementado fuertemente debido al aumento en el precio de los energéticos.
Fuente: ALFONSO GARCÍA ARANEDA. EL ECONOMISTA