Ante falta de siembras, el último que existía en la región está siendo desmantelado
La caída de los precios internacionales en el algodón provocaron que la última despepitadora que quedaba en Delicias cerrara desde hace dos años, ahora en 2021 los precios incrementaron llegando hasta los 100 dólares el quintal, por lo que productores interesados en volver a este cultivo están investigando cómo hacer los traslados a otros lugares del estado para el despepite.
Carlos Castilla Garza, jefe del Distrito 013 de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, confirmó que en los últimos años solo un productor de Bachimba sembró un promedio de 400 hectáreas, pero en el resto del Distrito de Riego 005 no se plantó nada, aunque el presente año el panorama cambio y hay buen precio.
“A los algodoneros sí les conviene el flete a otras despepitadoras que se encuentran en Oasis, Nueva Holanda, que no están tan lejos y otros han enviado su producto hasta Villa Ahumada, se puede despepitar en cualquier lugar”, agregó.
Castilla Garza, mencionó que lo más favorable es que actualmente hay un precio récord, algo que no se había visto en muchos años, el costo de la libra ha estado fluctuando pero llegó hasta 1.17 y muchos hicieron contratos arriba de 80 centavos.
Uno de esos agricultores interesados en sembrar el denominado oro blanco, es Guadalupe Bolívar Heredia, quien señaló que actualmente es atractivo el costo del quintal, que anda alrededor de 100 dólares o lo que es lo mismo hasta un peso con 17 centavos la libra.
Solicitó el apoyo de los gobiernos estatal y federal para adquirir la semilla transgénica para poder sembrar el próximo año, aunque se tenga que pagar el flete para el despepite, ya que es un cultivo de bajo requerimiento de agua y en la región en estos momentos hay conflictos con el tema.
Por todo lo anterior al menos la despepitadora de la carretera Delicias a la presa Las Vírgenes ya no abrirá sus puertas, pues aseguran varios algodoneros que se han vendido algunas máquinas y que no se ven intenciones de que los socios quieran reabrir el negocio.
Fuente: Érika González Lozano/el Diario