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viernes, noviembre 22, 2024

La irrelevancia de los recursos naturales

Los países que han basado su desarrollo económico (en su mayoría) en recursos naturales han fracasado en convertirse en países desarrollados.

Un país con recursos naturales tiene ventajas competitivas sobre otros que no las tienen. Es bueno tener acceso a yacimientos de petróleo, litio, productos agropecuarios, etcétera. Sin embargo, el valor agregado de explotar los recursos naturales es limitado. Los países que han basado su desarrollo económico (en su mayoría) en recursos naturales han fracasado en convertirse en países desarrollados. Se observan algunas excepciones en el medio oriente.

Por otro lado, muchos de los países desarrollados no cuentan con recursos naturales importantes y han experimentado un nivel de bienestar económico envidiable. Un ejemplo interesante es Corea del Sur, país que hace 30 años tenía un PIB per cápita menor al de México y que ahora presume ser un país con 3 veces más PIB por habitante que México. La solución al problema del desarrollo de un país emergente hacia uno desarrollado es detonar un conjunto de factores: el capital humano y físico, y la tecnología. Mientras en la década de los 70s México le apostó a producir y exportar petróleo Corea invirtió en procesos tecnológicos y de capital humano que hoy en día los convierte en líderes tecnológico-globales.

Este conjunto de factores es determinante para elevar el PIB potencial de un país, es decir, la capacidad máxima de producción en el futuro. Mayores tasas de crecimiento potencial en el futuro se reflejan en más plazas de trabajo. Además, una economía relacionada con alto contenido tecnológico tiene remuneraciones más elevadas. Un país que lo está observando en estos días en China que por décadas se caracterizó por ser un país manufacturero, pero por su fuerte inversión en tecnología, ya maquila en países económicamente mas pobres. El resultado es un incremento importante en los salarios promedio de sus habitantes.

El futuro ya llegó. Los procesos manufactureros que en México emplean directamente a casi el 30 por ciento de la población ya será automatizados. De hecho, ya existen plantas en donde la producción las realizan los robots. Además, los recursos naturales fósiles como el petróleo y sus derivados van de salida. La energía eléctrica generada por combustibles fósiles es más de tres veces más cara que la generada por energías renovables.

Estos dos factores, de no revertirse pronto, tendrán un impacto generacional en la economía mexicana. Primero, porque la automatización generará un desempleo estructural que será difícil acomodar en sectores que requieren de conocimientos más técnicos como la economía digital. Segundo, porque el encarecer la energía en el país mermará la productividad de la industria nacional en materia de competitividad.

El gobierno federal y estatal deberían priorizar la inversión en capital humano y tecnología como su eje de desarrollo económico. No hacerlo será muy costoso tomando en cuenta que las bajas tasas de crecimiento en el mediano plazo continuarán debido a la persistente debilidad de la inversión en el país. Además, el país ya no cuenta con una válvula de escape social que era la migración hacia EUA que se observó en la década de los 90s y 2000s.

El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido. Fue el economista en jefe para México de Itau BBA, director general adjunto de Organismos Financieros Internacionales en la SHCP e investigador en el Banco de México.

Fuente: JESÚS GARZA. EL FINANCIERO

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