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martes, abril 22, 2025

Buscan las mejores opciones para almacenar granos y alternativas agroecológicas para disminuir el uso de herbicidas

El reto en muchas zonas del sur y sureste de México es evitar las pérdidas poscosecha y asegurar la alimentación de las familias.

POCHUTLA, Oaxaca. Incidir directamente en el almacenamiento de maíz para reducir las pérdidas, ya sea por plagas u otros factores, es el principal propósito de la plataforma de investigación de granos de maíz en San Pedro Pochutla, Oaxaca. 

En esta plataforma, ubicada en la costa oaxaqueña, se desarrollan actividades para impulsar el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, de Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

“En la zona actualmente se produce poco grano, por eso es importante tener un buen almacenamiento para asegurar primeramente la alimentación del productor y su familia”, afirma Omar Francisco Sánchez Ríos, técnico colaborador del Hub Pacífico Sur del CIMMYT.

Desde hace tres años en esta plataforma de investigación de manejo de granos, Omar evalúa seis tratamientos: maíz azul y blanco, dos diferentes tipos de cal y con una bolsa plástica hermética.

San Pedro Pochutla es un municipio costero que se ubica a 220 kilómetros de la ciudad de Oaxaca. Las personas se dedican al comercio, la pesca, el turismo y al trabajo en el campo, pero a nivel local los suelos son “muy pobres”, un punto en contra para la productividad del maíz que se conjuga con la escasa precipitación pluvial.

Esos dos factores hacen que por cada hectárea sembrada el rendimiento esperado vaya de una tonelada a tonelada y media como máximo, lo que varía “dependiendo de la zona y la comunidad”.

En este contexto, el colaborador del CIMMYT en Pochutla se ha avocado a evaluar tecnológicas herméticas que pueden ser con una bolsa plástica hermética de tres capas, una botella de plástico, un garrafón o hasta un tinaco tricapa, cualquier contenedor que garantice el principio de hermeticidad.

Lo que se busca es “evitar que haya un intercambio de gases del exterior con el interior y conservar el grano por más tiempo”, lo que, conjugado con el uso de polvos inertes como la cal o la tierra de diatomea, brinda mejores resultados de conservación.

Ese conocimiento probado es el que Omar trata de socializar con los productores a través de cursos de capacitación en comunidades como San Miguel Figueroa, Santa María El Limón, San Isidro Apango, El Encierro, San Isidro Limón, la propia cabecera municipal de San Pedro Pochutla y otros municipios aledaños.

En cada capacitación explica cómo usar un silo hermético o una bolsa plástica hermética como nuevas alternativas de conservación de granos y disminución del uso de productos químicos.  

En la evaluación se incluyó una variedad de maíz blanco y otra de azul “con la posibilidad de atender también a los pequeños productores que siembran maíz nativo y necesitan también estas alternativas”.

Por ser un proyecto de evaluación a seis meses los resultados están por tenerse, ya que se están levantando los datos de pérdidas, porcentajes de humedad y granos sanos, para que con datos estadísticos se puedan ofrecer nuevas alternativas que permitan al productor contar con opciones a corto plazo, económicas y que estén a su alcance para garantizar alimentos de buena calidad.

Plantas que controlan otras plantas

La difusión de alternativas agroecológicas para disminuir el uso de herbicidas ha permitido que productoras de maíz nativo de Oaxaca adopten métodos naturales para controlar malezas y que además les ayudan al manejo de plagas, enfermedades y a mejorar el suelo.

De acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2003 en Magdalena Apasco, Oaxaca, se sembraban 1,664 hectáreas de maíz para grano; sin embargo, para el 2020 solo se sembraban 780 hectáreas. Esta reducción del 53% se explica por diversos factores, como los cambios en la dinámica poblacional y la tasa de urbanización, pero también debido a una sistemática disminución de los rendimientos. 

Los bajos rendimientos actuales se deben a diversos factores, entre ellos afectaciones por sequías, degradación de la fertilidad del suelo, el incremento de los costos de producción y la presencia de plagas y malezas. Por esta razón es importante buscar alternativas que permitan enfrentar varios problemas a la vez, con impactos en el corto plazo, pero que también sean sostenibles en el tiempo. 

Lo anterior significa que la producción debe percibirse ahora como un sistema mucho más vasto, con muchas partes en constante interacción. En México, por ejemplo, el 59% de las unidades de producción agrícola a cielo abierto usan herbicidas químicos, pero solo el 18.48% practica la rotación de cultivos (INEGI, 2020) cuando diversificar y rotar cultivos ayuda a controlar malezas debido, entre otros aspectos, a un efecto conocido como alelopatía. 

La alelopatía es definida como la influencia directa de un compuesto químico liberado por una planta sobre el desarrollo y crecimiento de otra planta. Las sustancias alelopáticas son inducidas por estreses ambientales y las plantas pueden liberarlas al ambiente por medio de la exudación de las raíces, lixiviación —proceso por el cual los nutrientes y minerales, o en este caso las sustancias alelopáticas, son arrastradas por el agua—, volatilización y descomposición de los residuos de las plantas en el suelo. 

Las sustancias alelopáticas presentes en diversas plantas cultivadas pueden reducir la necesidad del manejo de malezas, especialmente el uso de herbicidas y, aunque la alelopatía por si sola no resuelve el problema de malezas, sí es una herramienta útil para para su manejo. 

En trabajos de diversificación de cultivos recientemente hechos con el señor Antonio Chávez Jiménez —productor de Magdalena Apasco y quien participa en el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, de Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, por ejemplo, se ha identificado el potencial del girasol en el control de malezas de hoja ancha.

También en Magdalena Apasco, Soledad y María Chávez Pineda —quienes también participan en el proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT— trabajan junto con su papá un conjunto de pequeñas parcelas donde producen alfalfa y maíz nativo que usan para alimentar su ganado bovino y ovino. La necesidad de forraje dio la oportunidad de experimentar en el pasado ciclo otoño-invierno con diversos cultivos de grano pequeño: alpiste, canola, tritricale y avena, sembrados en camas anchas o melgas para subir la densidad de siembra y conocer su efecto en el control de malezas de hoja angosta.

El cultivo que presentó mejor desempeño en rendimiento y el control de malezas fue la avena —que además puede dar una segunda cosecha de forraje—, seguido de la canola, y el alpiste. En el caso de los maíces que se establecieron como testigo, y a pesar de haber incrementado su densidad de población y haber realizado un paso de yunta para controlar malezas a los 40 días de la siembra, se observó presencia de malezas de hoja ancha y hoja angosta. 

Cabe señalar que posteriormente, en el ciclo primavera-verano, Soledad y María sembraron su habitual maíz nativo blanco raza Bolita y la disminución de malezas en la parte de la parcela donde se validaron los cultivos de grano pequeño fue notable en comparación donde se sembró maíz. Este hecho confirma que, efectivamente, la diversificación de cultivos —a través de rotaciones, asociaciones, relevos, etcétera— ayuda al manejo de malezas y contribuye a que el sistema de producción sea más rentable, con efectos positivos sostenibles en el tiempo.

Fuente: NADIA ALTAMIRANO y CARLOS BARRAGÁN GARCÍA. NOTICIAS CIMMyT.

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