El cambio de la política hídrica es parte del paquete de siete transiciones ambientales que impulsa la Secretaría de Medio Ambiente para cumplir con los objetivos núcleo de la Cuarta Transformación, que se centran en rescatar al Estado para que pueda cumplir nuevamente la función esencial que justifica su existencia: velar por el bienestar general de toda la población.

Con fundamento en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, la Semarnat ha establecido en su Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Promarnat) 2019-2024 los siguientes objetivos:

3. Establecer al agua como pilar de bienestar, manejada por instituciones transparentes, confiables, eficientes y eficaces que velen por un medio ambiente sano y donde una sociedad participativa se involucre en su gestión.

4. Generar un entorno libre de contaminación del agua, el aire y el suelo que contribuya al ejercicio pleno del derecho a un medio ambiente sano.

La transición hídrica aborda los siguientes aspectos: derecho humano al agua; justicia hídrica, huella hídrica, manejo integral del agua, nueva ley de agua, gestión democrática del agua, rescate de ríos y cuerpos de agua, y rescate y regeneración ecológica de cuencas hidrológicas en ciudades y comunidades.

Las razones que la mueven son: lograr que las personas en todo el país tengan acceso al agua de calidad, disponibilidad y cantidad suficiente para asegurar su bienestar y el de las generaciones futuras, así como sanear ríos y fuentes de agua y utilizar nuevas tecnologías para la captación de agua de lluvia y saneamiento de aguas residuales.

Desde que el secretario Víctor M. Toledo tomó las riendas de esta Secretaría se han detectado más de 560 conflictos ambientales, de los cuales 86 son hídricos, principalmente contaminación de cuerpos de agua por descargas residuales de la industria.

En comunicación directa con las poblaciones afectadas, la dependencia trabaja de manera coordinada con la Secretaría de Salud y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología para atender y dar respuesta a la problemática de las seis regiones más contaminadas del país, en donde la situación hídrica es devastadora, por lo que se avanza en la construcción del programa nacional de restauración de cuencas y salud socioambiental.

Como parte de esta transición, el Gobierno de la Cuarta Transformación está obligado a declarar la contaminación de los ríos y otros cuerpos de agua como una emergencia ambiental y sanitaria de alta prioridad.

Se trata de una política de emergencia para la restauración y el cuidado de la vida. Una política de restauración y cuidado de los elementos vitales que los mexicanos requerimos día con día como un derecho humano esencial: aire respirable, agua para todos, energía alternativa, no fósil; alimentos sanos, hábitats sanos, reciclaje de desechos, hogares sustentables, ciudades ordenadas.

Fuente: Inforural.com