El maíz ha estado trepado en la montaña rusa con fuertes y violentas subidas y bajadas que impiden planear tanto a productores como a consumidores, comercializadores e inclusive a aquellos que financian las actividades del campo.
Para todos aquellos que tienen alguna relación con el campo y la producción de maíz, han podido ser testigos de la extrema volatilidad que los precios han sido objeto desde el pasado mes de agosto del 2020.
En lo personal, en más de 22 años que tengo operando los mercados de derivados en commodities, nunca me había tocado ver un alza tan fuerte y sostenida, como la que hemos visto en los granos, particularmente en el maíz.
Para que se den una idea, el contrato a marzo a 2022 que cotiza en la Bolsa de Chicago, y que es el utilizado como referencia por nuestros productores del ciclo Primavera-Verano subió 67.2% desde el 2 de julio del 2020 al 7 de mayo pasado, al pasar de 150.68 dólares/tonelada a 251.95 dólares, para de ahí caer un 17.73% al 25 de junio, con una fuerte alza entre medio y finalmente subir la semana pasada un 10.92% equivalente a 22.64 dólares/tonelada para cerrar el viernes pasado en 229.91 dólares.
Sin duda, el maíz ha estado trepado en la montaña rusa con fuertes y violentas subidas y bajadas que impiden planear tanto a productores como a consumidores, comercializadores e inclusive a aquellos que financian las actividades del campo, generando gran incertidumbre hacia dónde se dirigirá finalmente el precio.
Hoy por hoy, el maíz está metido en un mercado 100% climático por estar en época de polinización, lo que significa que si hay temperaturas elevadas y poca humedad, el rendimiento del maíz se podría ver seriamente afectado, y dado el balance tan apretado que tiene este grano, no hay espacio para errores en la producción norteamericana para este ciclo, ya que esto implicaría automáticamente una disminución de los Inventarios finales,
Y es precisamente el pronóstico climatológico de las próximas dos semanas, el cual indica temperaturas elevadas y escasas lluvias en las planicies del norte, Minneapolis y las Dakotas, uno de los factores que ha incidido en las alzas recientes, mientras que en otras zonas de la franja maicera, las lluvias han sido excesivas.
Para aderezar el tema, se anunciaron heladas en Brasil que estiman podría reducir la producción de ese país entre 500,000 y 3 millones de toneladas según los cálculos de diversos analistas.
Otro factor muy importante que hizo reaccionar al mercado al alza, fue sin duda el reporte sobre Inventarios trimestrales y de superficie sembrada emitido por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) el cual si bien es cierto no se desvío mucho de los números esperados por el consenso del mercado, fue visto por los participantes como un reporte alcista, lo que inmediato detono las órdenes de compra de los fondos (especuladores) haciendo que inclusive en la sesión nocturna del miércoles para el jueves, el contrato a diciembre subiera hasta 35.43 dólares, para finalmente aflojar en la sesión diurna del jueves.
Y es que en cuanto a los Inventarios Trimestrales, el USDA informó que éstos se encontraban el 104.45 millones de toneladas versus los 105.26 millones esperados y los 127.08 millones del año pasado, mientras que para la superficie sembrada, anunció 37.53 millones de hectáreas contra las 37.97 millones esperadas; Sin embargo, lo anterior representa un incremento de 760,000 hectáreas con respecto al año previo con un extraordinario rendimiento, el cual el USDA no ha movido en sus reportes de oferta y demanda mensual, pero que en la perspectiva del mercado fue insuficiente.
Al final de la semana y después de las alzas tan fuertes, el maíz cerró con fuertes bajas el viernes pasado, que fueron desde los 4.33 dólares/tonelada, hasta los 8.86 dólares en el contrato de futuros que esta por vencer este mes, ante el feriado del día de la Independencia que tendrá el mercado cerrado hasta el martes por la mañana.
Las expectativas de corto plazo indican que la fuerte volatilidad seguirá siendo la constante, y es precisamente en momentos como este, que las coberturas de precios deben ser utilizadas como herramientas para mitigar los riesgos generados por la volatilidad de precios.
¿En dónde se ubicaran los precios en la cosecha y comercialización del maíz del PV?. Nadie sabe.
Fuente: ALFONSO GARCÍA ARANEDA. EL ECONOMISTA