JUAN CORTINA GALLARDO*. LINKEDIN.COM.
El cambio climático amenaza nuestra capacidad de alcanzar la seguridad alimentaria mundial, erradicar la pobreza y lograr el desarrollo sostenible, indica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la agricultura y la ganadería son algunos de los factores causantes del cambio climático porque retienen el calor en la atmósfera y, por tanto, desencadenan el calentamiento global.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP 26, que se realiza en la ciudad de Glasgow desde el pasado 31 de octubre, sucede en un momento crítico para la humanidad. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reporta que más de 811 millones de personas han sufrido desnutrición a lo largo de 2020. Los fenómenos extremos del clima, la crisis económica y los conflictos sociales se agudizaron con la pandemia, y tuvieron un impacto notable en la inseguridad alimentaria, la malnutrición y la pobreza.
Por ello, en la COP26, un tema importante ha sido la agricultura a través de los avances reportados por la Labor conjunta de Koronivia, que desde 2017 trabaja por una agricultura más sostenible y resiliente. Por medio de este programa, la FAO ha estado trabajando con representantes de varios países para analizar diversos ángulos de la relación entre la agricultura y el cambio climático.
La participación de la FAO en la COP26, entonces, se ha enfocado en subrayar que los sistemas agroalimentarios pueden transformarse para ser realmente parte de la solución para la crisis climática. En consonancia con Koronivia, el llamado ha sido reconocer el potencial único de la agricultura para enfrentar al cambio climático por medio de acciones en torno a los suelos, el uso de nutrientes, el agua, la ganadería y las dimensiones socioeconómicas y relativas a la seguridad alimentaria, entre otras.
Como sabemos, casi todos los países han incorporado al sector agroalimentario en sus planes para reducir las emisiones y mejorar la adaptación al clima. Mientras que la Unión Europea pretende lograr una agricultura más sostenible mediante la reducción del uso de insumos químicos y el fomento de la agroecología, Estados Unidos prefiere apostar por la agricultura de precisión en su estrategia. Los expertos reclaman que la voz de los agricultores no son suficientemente representadas y escuchadas en la toma de estas decisiones.
Aun cuando, en su participación en la COP 26, México se adhirió formalmente a la declaratoria para la protección de bosques y uso de la tierra, subrayando la importancia del programa Sembrando vida, a nuestro país le ha hecho falta mayor contundencia en este encuentro en relación a la agricultura. Como bien señala la FAO y la Labor Koronivia, los resultados son insuficientes ante la emergencia que enfrenta el mundo y México no es la excepción.
Si bien los programas sociales son de vital importancia para nuestro sector, se ha dejado de integrar las acciones en materia de innovación y tecnología en las políticas públicas para ayudar a revertir el cambio climático. Como lo han dicho varios representantes mundiales y, sobre todo, los líderes juveniles, el tiempo se agota y la transformación de los sistemas agrícolas requiere un trabajo integral para lograr este objetivo. A todos nos compete impulsar este cambio y participar en la toma de decisiones para un futuro sustentable y productivo para nuestro campo.
* Es Presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).