Y la noticia es… ¡reactivación de la banca de desarrollo!

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El programa no tendrá buena incidencia en impulsar la actividad productiva si no responde el sector privado.

A 20 días de asumir el cargo como secretario de Hacienda, Arturo Herrera anunció el nombramiento de Gabriel Yorio como subsecretario del ramo, una señal inequívoca de que el presidente Andrés Manuel López Obrador le otorga absoluta confianza y un programa para dinamizar la economía.

Este último, requiere contexto para ser entendido, porque más que recursos en efectivo, lo que hace es “destrabar recursos de gasto federal, local y privados”, que no fluían porque el exsecretario Urzúa, simplemente, ni siquiera asistía a las reuniones de banca de desarrollo para facilitar la integración y aprobación de los programas de trabajo.

El crédito bancario mueve la economía, aquí y en China, pero cuando el entorno es complicado y el crecimiento es bajo, se requiere impulsarlo. Si los programas se administran bien y los riesgos se evalúan adecuadamente, no habrá problema, salvo que el clientelismo político acerque a los innombrables al cuasi gasto gubernamental.

¿Por qué es relevante? Porque Urzúa tenía detenida a la banca de desarrollo. Recordemos que justo una semana después de la salida de Urzúa, la ABM, que preside Luis Niño de Rivera, firmó con Nafin-Bancomext, que lleva Eugenio Nájera, la reactivación del programa de garantías para dar crédito empresarial.

Ayer, el director de Banca de Desarrollo, José de Luna Martínez, dio a conocer la firma del primer convenio con HSBC, de Nuno Matos, para la canalización de crédito a la vivienda a personas con ingresos formales e informales (mixtos), de manera que, a través de la Sociedad Hipotecaria que administra Banobras, de Jorge Mendoza, se extiendan garantías para que accedan a financiamiento hasta por 1.5 millones de pesos en la banca comercial.

FIRA y FDN (en proceso de transformación), también tienen hoy el mandato para activar el crédito) y en el caso de la SCT, de Javier Jiménez Espriú, y la infraestructura carretera o de Telecomm, resulta una bocanada de aire fresco.

Si vemos el anuncio de Herrera a detalle, es positivo porque no implica abrir la llave del gasto público, sino usar los mecanismos financieros disponibles, al tiempo en que se mejora el ejercicio del gasto. El programa no tendrá buena incidencia en reactivar la actividad productiva si no responde el sector privado, pero una forma de incentivarlo es abrir la ventanilla del factoring, incluyendo la de Banobras para las obras pendientes en estados y municipios. Si el sistema bancario se apalanca en la banca de desarrollo, la liquidez comenzará a fluir y, si en lo que resta del segundo semestre se concretan las licitaciones del próximo año, incluyendo las de insumos médicos, transporte, papelería, servicios digitales, etcétera, del sector público, comenzará a fluir la demanda con una dinámica moderada. Y siempre es necesario subrayar que, al cierre de julio, se espera que el subejercicio del gasto sea de 130 mil millones de pesos, lo que muestra que sí hay capacidad para dotar de flujo gubernamental a la economía.