La llegada de especies occidentales con genética avanzada borró del panorama al pollo parrillero ruso, pero Putin pretende revivir la producción de dicha especie para contrarrestar a los proveedores de EU.
Vladimir Putin pretende apostar por revivir la producción de los pollos que alimentaron a los rusos durante los últimos días del comunismo.
El proyecto constituye una cobertura contra posibles sanciones alimenticias de Estados Unidos y un desafío para los dos criadores de Occidente que proveen de distintos tipos de carne a Rusia.
Tras una serie de reveses, entre ellos un misterioso brote de gripe aviaria y el sacrificio forzado de 200 mil aves de corral de prueba el año pasado, la nueva versión del pollo parrillero soviético está lista para las pruebas de mercado, según Vladimir Fisinin, de 78 años, director de la Unión Rusa de Aves Domésticas y uno de los desarrolladores de la línea local.
La meta es cubrir cualquier escasez creada por restricciones de EU sobre los envíos de huevo y pollo que terminan siendo la principal fuente de proteínas de Rusia. EU no ha amenazado con incluir alimentos en las penalidades que comenzó a imponer en 2014, al menos no en público.
Pero Fisinin, que nació en una granja colectiva en Siberia en la víspera de la Segunda Guerra Mundial, dijo que su país necesita prepararse para lo peor a la hora de lidiar con una Casa Blanca cada vez más imprevisible.
“Quién rayos sabe qué tonto vendrá después, como este Sr. Trump”, dijo Fisinin en entrevista desde Sergiev Posad, un centro monástico del siglo XIV a 75 kilómetros al norte de Moscú.
Fisinin formó parte del equipo de especialistas que ayudó a la ciencia alimenticia soviética a mantenerse a la altura de Occidente desarrollando una versión más grande y sabrosa del pollo llamado Gallus gallus domesticus en 1972, el mismo año en que Leonid Brezhnev recibió a Richard Nixon durante ocho días en Moscú.
Pero luego colapsó la Unión Soviética, desaparecieron los fondos y se metieron occidentales con genética más avanzada, lo que puso al ave al borde de la extinción. Una serie de fusiones y adquisiciones internacionales dejó a Cobb-Vantress, una unidad de Tyson Foods Inc., y a Aviagen, de la alemana EW Group, a cargo de la industria desde sus respectivas sedes centrales en Arkansas y Alabama.
Para Putin, tanto poder cárnico concentrado en tan pocas manos extranjeras es un riesgo inaceptable para la seguridad, de acuerdo con dos funcionarios involucrados en la planificación de sanciones.
Los productores rusos de carne vacuna y porcina, papas y hasta remolacha azucarera también dependen de los insumos genéticos de EU y Europa.
“Cualquiera que trate de destruir nuestra economía tiene muchos puntos de presión”, dijo Andrei Klepach, economista jefe del banco estatal de desarrollo VEB y exdirector del departamento de proyecciones dentro del Ministerio de Economía. “La recuperación del trabajo de crianza es prioridad. Necesitamos una especie de tren blindado en un aparcadero”.
STEPAN KRAVCHENKO, ANATOLY MEDETSKY Y EVGENIA PISMENNAYA. BLOOMBERG.