Hay que apostarle al Campo

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El INEGI acaba de publicar la estimación oportuna del crecimiento del Producto Interno Bruto al primer trimestre del 2019, en ésta se indica que hay un crecimiento de 0.2% para la economía en su conjunto, 5.6% para las actividades primarias, un decrecimiento de -2.1% en las secundarias y un 1% en las terciarias.

El PIB expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de un país durante un período determinado, son muchos factores los que pueden influenciar el desarrollo de este importante indicador.

Sin duda esta primera estimación, son malas noticias para el desarrollo del país, y son señales no muy positivas para el futuro, más sin embargo para el sector agroalimentario, que históricamente ha mostrado ser anticíclico ante los resultados de la economía, se observa un crecimiento importante en el inicio de esta administración, resultado que evitó una caída más drástica en la economía. No obstante, las actividades secundarias y las terciarias representan el 65% de la economía y su desempeño influye de manera muy importante en el resultado.

Es fundamental para lograr revertir los resultados mencionados, convocar a los sectores productivos a definir un plan estratégico que promueva la inversión en un marco de certidumbre. El enfoque de combatir la desigualdad y la pobreza es muy válido, sin embargo, para poder lograrlo se debe generar inversión y riqueza, traducidos en empleos, en mayor crecimiento y recaudación, esto permitirá tener finanzas sanas, y el resultado será un mayor desarrollo y bienestar para todos los mexicanos.

México ocupa el 10º lugar como productor y exportador de alimentos a nivel mundial; debemos invertir más en el campo, en la producción de alimentos, en reducir la dependencia de productos básicos en los que somos deficitarios y buscar la autosuficiencia alimentaria prioridad de este Gobierno, de igual manera, debemos de generar políticas públicas de mediano y largo plazo que permitan aprovechar el potencial productivo.

Durante muchas décadas nuestra economía dependió de manera importante de los ingresos petroleros,  esto generó que el Gobierno fuera muy laxo en el impulso y la prioridad que se le debía de dar a otros sectores de la economía, es así que los excedentes generados por el petróleo traducidos en gasto e inversión pública no fueron aprovechados para detonar otros sectores productivos; los tiempos han cambiado, actualmente se tienen grandes oportunidades de crecimiento y desarrollo en el turismo, la manufactura, el comercio, los servicios, la industria y el sector agroalimentario.

Es necesario y urgente definir un plan estratégico para cada uno de los sectores, que contemple incentivos para el desarrollo de las actividades productivas,  dado que existe en México un gran potencial para ellas, en este sentido apostarle al campo y a la producción de alimentos es muy importante, se trata de aprovechar este potencial estratégicamente: en la producción agrícola, pecuaria, hortofrutícola, agroindustrial, en la pesca y acuacultura, y en la forestal; es así que, el sector agroalimentario puede ser un importante motor de la economía generador de desarrollo y bienestar para toda la población.

Ing. Luis Fernando Haro Encinas

Director General del Consejo Nacional Agropecuario.