El cultivo de chile es una de las hortalizas más importantes de México

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La producción de chile en el estado de Chihuahua aporta 14.6 % del valor total agrícola, solamente superado por el cultivo de nogal pecanero y por arriba de maíz de grano, algodón y manzana. Además, es un cultivo generador de empleos, pues utiliza mano de obra para las diferentes etapas del proceso productivo. Son cuatro los municipios que cuantifican 58 % de la producción (Ascensión, Buenaventura, Janos y Meoqui). Este paquete tecnológico presenta las principales técnicas de producción para el cultivo del chile jalapeño, generadas en el Campo Experimental las Delicias.

Selección del terreno

El chile jalapeño se desarrolla bien en diferentes tipos de suelo, desde ligeros hasta pesados. Los óptimos son los francos arenosos, con buena aireación, excelente drenaje y alta retención de humedad. La planta de chile presenta mediana tolerancia a la salinidad, no obstante, se aconseja buscar terrenos sin problemas de sal y con un mínimo de 70 centímetros (cm) de profundidad para favorecer el establecimiento del sistema radicular.

Hay algunas consideraciones para poder seleccionar el terreno más adecuado para el cultivo de chile:

1) No sembrar chile después de chile. Utiliza un esquema de rotación de cultivo de 4 años.

2) Evitar terrenos con altas infestaciones de malezas.

3) Evita aquellos terrenos con antecedentes de enfermedades.

4) Conocer qué herbicidas fueron aplicados en el terreno y la dosis utilizada.

5) Determina la calidad del agua de riego, niveles de sal, sodio y pH.

Preparación del terreno

Para lograr buenos resultados en la germinación, establecimiento del cultivo y rendimiento, se debe tener una cama de siembra mullida y suelta de unos 30 cm de profundidad aproximadamente. Es conveniente que la superficie del terreno esté libre de terrones y piedras que pueden obstaculizar la emergencia o el crecimiento de las plántulas. Dependiendo de la consistencia del suelo y el cultivo anterior, se sugiere realizar lo siguiente: Subsuelo, barbecho, 2 a 4 pasos de rastra, desterronar si es necesario, nivelación y camelloneo.

Variedades

Las variedades e híbridos de chile jalapeño que mejor se adaptan a las condiciones del clima y suelo de la región son los híbridos: Grande, Tula, Imperial, Perfecto, Autlán, Marajá, Dragón y Chipo y las variedades: Apache e Isabel. Método de establecimiento Siembra directa. Es más sencilla de efectuar y produce hasta 15 % más que el trasplante, pero es más susceptible a daños por damping off, pulga saltona, heladas tardías y actividades mecánico manuales en sus primeras etapas, por lo que es más riesgosa. Época de siembra directa.

La época de siembra del chile jalapeño depende de los riesgos de daños por heladas tardías que se quieran correr, del rendimiento y calidad de fruto óptimo y de la época en que se desea cosechar el producto. A continuación, se presentan las épocas de siembra en las que se puede sembrar.

1. Siembra temprana. Del 20 al 28 de febrero, cuando las probabilidades de heladas en la región son de 26 a 32 %. Su nivel de rendimiento es el más alto que se puede obtener, pues entre más temprano se siembre las plantas logran un mayor desarrollo.

2. Siembra intermedia. Comprende del 1 al 15 de marzo, con probabilidades de heladas de 20 a 25 %.

3. Siembra tardía. Del 16 al 31 de marzo, las probabilidades de heladas son de 11 a 19 %.

Después del 15 de marzo, las siembras disminuyen su producción en 370 kilogramos por hectárea (kg/ha) por cada día de retraso en promedio, debido al acortamiento del ciclo y una mayor exposición a plagas y enfermedades.

Especificaciones de siembra directa. La siembra de chile jalapeño se realiza en camellones a hilera sencilla con sembradoras adaptadas por el agricultor, en seco, de forma mateada y a una profundidad de alrededor de 2 cm dependiendo del tipo de suelo.

Para ahorrar agua y eliminar la maleza del centro del camellón se recomienda utilizar la siembra ciega que consiste en: sembrar en seco, regar, y cuando la tierra dé punto, levantar un bordo de aproximadamente 8 centímetros (cm) de alto sobre el camellón. Mediante muestreos se determina el momento en que las primeras semillas inician germinación y se procede a descopetar el bordo antes formado. Para efectuar la siembra ciega es necesario tener bien nivelado el terreno y efectuar la siembra mecánica lo más uniforme y nivelada posible. Es importante realizar a tiempo y en forma correcta los muestreos, para observar el avance de la germinación de la semilla.

La siembra de chile jalapeño se realiza en camellones a hilera sencilla con sembradoras adaptadas por el agricultor, en seco, de forma mateada y a una profundidad de alrededor de 2 cm dependiendo del tipo de suelo. Para ahorrar agua y eliminar la maleza del centro del camellón se recomienda utilizar la siembra ciega que consiste en: sembrar en seco, regar, y cuando la tierra dé punto, levantar un bordo de aproximadamente 8 centímetros (cm) de alto sobre el camellón. Mediante muestreos se determina el momento en que las primeras semillas inician germinación y se procede a descopetar el bordo antes formado. Para efectuar la siembra ciega es necesario tener bien nivelado el terreno y efectuar la siembra mecánica lo más uniforme y nivelada posible. Es importante realizar a tiempo y en forma correcta los muestreos, para observar el avance de la germinación de la semilla.

En este tipo de siembra se requieren al menos 6 kg/ha de semilla, colocando alrededor de 30 semillas por punto de siembra. El aclareo de plantas se debe efectuar cuando éstas tengan de 10 a 15 cm de altura, lo cual sucede entre de los 50 y 65 días después de la siembra.

Control de plagas

Las plagas de mayor importancia en el cultivo, en orden de aparición son pulga saltona, picudo o barrenillo, gusano del fruto, minador y pulgón; cuyos daños 64 pueden originar debilitamiento de la planta, pérdida de frutos, transmisión de enfermedades etc., lo que finalmente se traduce en una reducción de la calidad y el rendimiento. A continuación, se describen estas plagas y se indica el momento oportuno de su control.

Picudo. El adulto es un picudo pequeño de 3 a 4 mm de largo, de color café oscuro brillante; fácil de localizar entre las ocho y 10 de la mañana en las yemas terminales de la planta. Los huevecillos son colocados en frutos tiernos, dentro de los cuales se desarrollan las larvas alimentándose de las semillas en formación. Al momento en que la larva está completamente desarrollada o la pupa recién formada, el fruto se cae y emerge el adulto cuatro o seis días después.

Los daños más severos ocurren entre la semana 8 y 11 de floración (durante agosto), aplicar al encontrar un picudo en 400 terminales inspeccionadas. Los insecticidas recomendados son Lambda cialotrina (Karate Zeón), Clorpirifos (Lorsban 75 W), Thiacloprid (Calypso 4 SC), Imidacloprid+cyflutrina (Muralla Max) y Thiametoxam (Actara 25 W) en dosis de 0.6 l, 1.5 kg, 0.25 l, 0.6 l y 0.4 kg/ha respectivamente.

Gusano del fruto. Los adultos de esta plaga son palomillas color café grisáceo de hábitos nocturnos, comunes de observar al oscurecer; depositan huevecillos en partes tiernas de la planta, de donde nacen larvas de color verde pálido, que inicialmente se alimentan del follaje y luego perforan los frutos. El daño de esta plaga generalmente no es de importancia; sin embargo, se sugiere aplicar insecticida cuando se observe un fruto con daño reciente, aproximadamente en cada 20 m de surco. Los insecticidas recomendados son Flubendiamide (Belt 480 SC), Methoxyfenozide (Intrepid) y Tebufenocide (Confirm) a dosis de 0.1, 0.2, 0.2 l/ha, respectivamente. Se puede utilizar control biológico, al momento de encontrar las primeras oviposturas, aplicar 24 pulgadas de Trichogramma por ha.

Pulgón. Los insectos son en forma de pera de color verde amarillento llegan a medir 1.5 mm. Las épocas de sequía favorecen el desarrollo de colonias que invaden el reverso de las hojas; los pulgones de todos los tamaños, chupan la savia inyectando una saliva tóxica que provoca la deformación de las hojas donde se alimentan. Cuando se presentan en poblaciones altas, se reduce el rendimiento y la altura de plantas; pueden aparecer síntomas de enfermedades como enchinamientos y mosaicos, desprenderse los botones y producir frutos chicos y deformes; además 65 puede desarrollarse la fumagina sobre la mielecilla que producen, reduciendo la fotosíntesis, el vigor de la planta y la calidad de los frutos.

El control químico se debe realizar cuando se observen las primeras colonias, y de ser posible sólo en los manchones donde éstas aparezcan, empleando Pymetrozine (Plenum), Flonicamid (Beleaf) y Imidacloprid + Cyflutrina (Muralla Max) a dosis de 0.5 kg, 0.3 kg y 0.6 l/ha, respectivamente.

Minador. Los adultos son mosquitas de 1.5 mm de largo y de color amarillo con el dorso negro; colocan los huevecillos en las hojas maduras. Al nacer, las larvas se alimentan formando galerías o minas serpenteantes; completamente desarrolladas son de color amarillo brillante, miden 2 mm de largo y se dejan caer al suelo donde pupan. Las hojas dañadas caen prematuramente, ocasionando la reducción del rendimiento y tamaño de frutos, así como la exposición de éstos al sol. Esta plaga aparece desde fines de julio, sus poblaciones más altas ocurren desde fines de agosto y el mayor daño se observa a mediados de septiembre. Para su control se sugiere colocar varias charolas de plástico de 23 × 27 cm bajo las plantas para detectar la población de pupas; se sugiere aplicar insecticida si se observe un promedio de cinco pupas por charola durante un período de tres o cuatro días, o cuando se estime que aproximadamente 20 % de las hojas tienen al menos una mina. Flubendiamide (Belt 480 SC), Clorpirifos (Lorsban 75 W) y Lambda cialotrina (Karate Zeón) son los insecticidas recomendados en dosis de 0.1 l, 1 kg, 0.45 l/ha, respectivamente.

Pulga saltona. Los adultos de esta plaga son escarabajos pequeños de 1.5 a 2 mm de largo, de cuerpo redondeado y color negro brillante; sus patas posteriores son fuertes y robustas, desarrolladas para saltar cuando se les molesta. Estos insectos se alimentan de las hojas tiernas haciendo agujeros pequeños y redondos; en infestaciones fuertes las plantas pequeñas retrasan su desarrollo o llegan a morir, en plantas grandes este daño es de poca importancia. El daño ocasionado por las larvas que alimentan de las raíces del cultivo, y de otras plantas, no es de importancia, pues éstas son muy pequeñas.

Dar tratamiento a la semilla mediante el insecticida Imidacloprid (Gaucho) en dosis de 49 g de ingrediente activo (I.A.) por kg de semilla y después del trasplante o de los 30 a 35 días en siembra directa, aplicar 1 l/ha de Imidacloprid (Confidor) dirigido al cuello de la planta. El control se sugiere cuando se observen de tres a cinco adultos por mata o puntos de siembra.

Información: Agenda técnica agrícola Chihuahua-
file:///C:/Users/Brio%20Agropecuario/Downloads/Agenda%20T%C3%A9cnica%20Chihuahua%20OK%20(1).pdf