PEF 2020: Castigo al Campo Mexicano

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Uno de los sectores de la economia que mayor dinamismo y crecimiento ha mostrado en los últimos años es el sector agroalimentario, prueba de ello es que al primer semestre de este 2019 creció al 3.6% comparado al mismo periodo del año anterior, cuando la economia solo lo hizo en un 0.3%; en este mismo periodo las exportaciones agroalimentarias generaron 19 mil 717 millones de dólares, lo que representa un incremento anual de 6.1 por ciento y un superávit en la balanza comercial del sector de seis mil 147 millones de dólares, superior en 28.4 por ciento comparado al mismo periodo del 2018.

Para muchos paises, la producción de alimentos y el apoyo a sus productores, es un tema de seguridad nacional y se encuentra en la agenda más alta de las prioridades de sus Gobiernos, en México se ha manifestado públicamente que el sector agroalimentario será una prioridad para el nuevo Gobierno, quien propone lograr el rescate del campo mexicano privilegiando el apoyo a los pequeños productores, sin dejar de considerar a quienes producen los mayores volúmenes de alimentos en este País.

Desafortunadamente, el discurso no coincide con los hechos y extraña de sobremanera el fuerte recorte que sufre la propuesta de Presupuesto de egresos 2020 que hace el Ejecutivo a la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural, con una reducción del 29.3% de lo aprobado para este 2019 que fue de 65,435 millones de pesos a una propuesta para el 2020 de 46, 253 millones, que significan 19,182 millones de pesos menos, un presupuesto que se tenía hace 15 años y la mitad de lo que el Congreso aprobó en el 2015 que fue de 92,142 millones de pesos.

Sorpresivamente en la propuesta se eliminan programas y se reducen drásticamente recursos a otros cuyo enfoque es elevar la productividad , mejorar la infraestructura y la eficiencia en el sector , así como dar certidumbre a los productores y a la propia producción de alimentos, inexplicablemente se eliminan programas tan importantes como el de concurrencia a entidades federativas; de apoyo a la productividad y competitividad agroalimentaria; a programas de fomento ganadero, entre otros y reducen de manera muy importante programas estratégicos como apoyos a la comercialización, al programa de fomento a la agricultura, de fomento de la productividad pesquera y acuícola, al de desarrollo rural y se proponen menores recursos al programa de sanidad e inocuidad agroalimentaria.

Además del drástico recorte de apoyo para el campo, el enfoque de los recursos se da únicamente a los programas de atención a pequeños productores, lo cual es correcto, sin descuidar a la agricultura comercial y sin poner en riesgo la viabilidad de la producción de alimentos y el dinamismo del sector.

Ahora toca la palabra a los Diputados Federales, que tendrán hasta el 15 de noviembre para aprobar el Presupuesto de egresos para el próximo año, si el campo es una prioridad para este Gobierno, debe reflejarse en el presupuesto.

Con el recorte propuesto al presupuesto para el campo, el Gobierno estaría abandonando a su suerte a la agricultura comercial, que es la que alimenta a México.

Sin presupuesto para la comercialización y fomento a la producción, justo donde se dan los recortes, será improbable la autosuficiencia alimentaria.

Está demostrado que invertir en el campo es una apuesta segura para el desarrollo de México, entonces, ¿porque castigarlo?

Ing. Luis Fernando Haro Encinas

Director General del Consejo Nacional Agropecuario.