Es primavera y en estas fechas normalmente miles de trabajadores mexicanos se reunirían en los consulados de Estados Unidos en camino para cosechar los cultivos de las granjas de este país. El coronavirus, con sus prohibiciones de viaje y los cierres generalizados de consulados y embajadas, han hecho que esto sea más difícil.
La posibilidad de no poder contratar trabajadores agrícolas extranjeros temporales —que de manera abrumadora provienen de México— causó pánico entre los granjeros estadunidenses, quienes argumentan que no pueden contratar empleados locales para que hagan el trabajo. Con el fin de poder llenar los puestos con trabajadores que utilizan la visa H-2A, deben demostrar que trataron de hacerlo. Si esas visas, que son específicamente para trabajadores agrícolas temporales, no se procesan o se procesan con mayor lentitud, las frutas y verduras que van desde las fresas hasta las lechugas se quedarían sin cosechar.
En respuesta al pánico, el secretario de Estado Mike Pompeo relajó el mes pasado las reglas de procesamiento de visas para las H-2A, permitiendo que un mayor número de jornaleros mexicanos ingresen a Estados Unidos sin una entrevista en persona.
Por ahora, eso logró evitar el desastre. Jason Resnick, de la Western Growers Association (Asociación de Productores del Oeste), un organismo comercial que representa a las granjas de California, dice que se presentaron algunos retrasos en el procesamiento de visas para los trabajadores estacionales, simplemente porque los consulados tienen menos personal y siguen los procedimientos estrictos de distanciamiento al procesar a los posibles trabajadores.
Pero de manera anecdótica, los agricultores dicen que el coronavirus no desalentó a los trabajadores de venir. Esto es al mismo tiempo una bendición y una maldición. Estos trabajadores son esenciales para llevar los alimentos del suelo a las mesas de los estadunidenses, y su ausencia conduciría, al menos temporalmente, a que los estantes de los supermercados se quedaran vacíos.
Aún así, incluso si pueden obtener una visa, los trabajadores están en riesgo. El programa de visa H-2A obliga a las granjas estadunidenses, que van desde pequeñas empresas familiares hasta grandes empresas corporativas, a proporcionar a los trabajadores alojamiento.
Esto a menudo se da en forma de dormitorios, mientras que los trabajadores son transportados hacia y desde los campos en autobuses. Cada trabajador debe tener un mínimo de 100 pies cuadrados (aproximadamente 9.29 metros cuadrados) de espacio vital.
Pero incluso en el mejor de los casos, los trabajadores están más cerca unos de otros que la mayoría de los trabajadores estadunidenses.
Hay historias de peores casos. El Centro de los Derechos del Migrante, una organización que busca proteger los derechos de dichos trabajadores, recientemente emitió un informe onde indica que encontró que casi la mitad de los empleados agrícolas temporales dijeron que estaban en viviendas “hacinadas” o “insalubres”. Como resultado, los trabajadores podrían ser “particularmente vulnerables” a una exposición al coronavirus, de acuerdo con el informe.
Los agricultores dicen que se toman precauciones adicionales, como desinfectar los dormitorios con más frecuencia y solo utilizar los autobuses a la mitad de su capacidad. También están tratando de obtener alojamiento adicional para utilizarlo como casas de cuarentena, ya sea apartando habitaciones existentes para usarlas como cámaras de aislamiento, o se preparan para pagar habitaciones de hotel. Algunos vigilan las temperaturas de sus trabajadores.
Aun así, a los trabajadores estacionales no se les suele proporcionar seguro de salud en EU. Si se enferman, están por su cuenta. El costo personal para ellos si se enferman es enorme e incluye un gran costo financiero, así como los costos físicos de la mala salud y los costos emocionales de estar atrapados lejos de los miembros de la familia, que podrían enfermarse. También, para decirlo en términos más económicos y menos humanos, los saca temporalmente de la fuerza laboral, lo que causa un fallo en la cadena de suministro de alimentos.
En una carta a Pompeo a finales de marzo, la Agriculture Workforce Coalition (Coalición de la Fuerza Laboral Agrícola) —un grupo que representa a varios organismos comerciales del sector agrícola— señaló que “una interrupción en el procesamiento de visas de trabajadores agrícolas sin duda causará una disrupción significativa en el suministro de alimentos de Estado Unidos”.
Lo mismo sería si estos trabajadores dejaran de venir a Estados Unidos o se enfermaran en grandes cantidades. A pesar de toda la hostilidad hacia los trabajadores mexicanos en el discurso político de ese país, la verdadera amenaza de que dejen de llegar en masa dejó expuesta la realidad: Estados Unidos los necesita desesperadamente.
Aguas conocidas
El FMI advirtió esta semana que se espera que la crisis del coronavirus cause el mayor daño a la economía mundial desde la Gran Depresión de la década de 1930. Proyecta que la producción mundial va a disminuir 3 por ciento en 2020, 6.3 puntos porcentuales por debajo de la previsión de crecimiento de 3.3 por ciento que se esperaba tan recientemente como finales de enero. Si bien el crecimiento se va a recuperar en 2021, se mantendrá significativamente más bajo de lo que se había previsto anteriormente, dijo el FMI.
Fuente: Inforural.com