CIUDAD DE MÉXICO.
Productores del norte del país se han unido para pedir una audiencia a María Luisa Albores, nueva titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), para que puedan exponerle su preocupación por la situación que enfrenta el sector algodonero y la cadena productiva. Alertan que, de prohibirse la siembra de algodón genéticamente modificado, se impactaría la economía de millones de familias que dependen de éste, incluso, consideran que el sector podría desaparecer.
“Solicitamos respetuosamente a la nueva titular de la SEMARNAT, que atienda nuestro llamado de apoyar al campo y de ayudar al agricultor. Siempre hemos sabido que ella gusta de escuchar las necesidades de quienes trabajamos la tierra. Sólo queremos que nos permitan seguir trabajando honradamente nuestras tierras, las cuales nos han permitido dar bienestar a nuestras familias”, señaló Raúl Treviño Cisneros, presidente del Comité Sistema Producto Algodón a nivel nacional.
El cultivo del algodón ha estado ligado a la historia del norte del país desde hace más de 150 años. A lo largo del tiempo, y junto con la industria textil nacional, se ha caracterizado por generar más de un millón de empleos directos e indirectos, logrando generar el arraigo de familias en comunidades rurales poco favorecidas en zonas desérticas y genera una importante derrama económica anual para las regiones. De hecho, actualmente se cultivan alrededor de 235 mil hectáreas distribuidas en Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Durango y Tamaulipas.
En ese sentido, Treviño Cisneros indicó: “Nos hemos enfrentado a la negativa de las autoridades federales, quienes, a pesar de toda la regulación existente, de la evidencia científica y las experiencias internacionales, así como de más de 20 años de siembra de este cultivo en nuestro país, están rechazando las solicitudes y por lo tanto, negándonos a los productores el acceso a las semillas; pero lo más importante, negándonos el bienestar para nuestras familias”.
México llegó a ser uno de los principales exportadores de algodón en los años 60´s y, a partir de la mitad los años 70´s, el cultivo comenzó a caer debido a las plagas, los elevados costos de producción, la caída de los precios y también por la falta de apoyos. No obstante, después de varios años, y con las nuevas semillas, el sector se recuperó hasta convertirse en un caso de éxito nacional.
“Como voz de 8,000 productores aproximadamente, exigimos que se cumpla la promesa del gobierno federal de atender las necesidades del campo mexicano y de quienes lo trabajamos.
Necesitamos soluciones efectivas que nos garanticen el trabajo continuo de nuestras tierras, soluciones que hagan frente a desafíos que van desde la disponibilidad de semilla, la competencia desleal con semilla ilegal o pirata, la infestación de plagas y maleza, hasta el acceso a financiamiento y comercialización de la fibra”, dijo el Presidente del Comité Sistema Producto Algodón a nivel Nacional.
Hoy el cultivo se encuentra en expansión, gracias a la tecnología de las semillas mejoradas, lo cual ha significado un beneficio ambiental al mejorar el aprovechamiento del agua en este cultivo, generando un aumento en los rendimientos de la producción de fibra.
Esto ha permitido incrementar rendimientos, reducir los costos en producción y por lo tanto, aumentar los ingresos de millones de familias en los estados productores del algodonero, siendo el más importante el estado de Chihuahua que representa el 70% de la siembra de este cultivo a Nivel Nacional participando en el PIB Agrícola Estatal con el 2.5%, el resto de los Estados Baja California, Sonora, Coahuila, Durango y Tamaulipas producen el restante 30% para llegar a la producción de 1,500,000 pacas de fibra anuales que esto abastece el 80% de la demanda de la industria textil nacional y participa en el PIB Agrícola Nacional con el 3.5%.
Además de ser el sustento de millones de familias mexicanas, el algodón genéticamente modificado se ha caracterizado por ser un cultivo sustentable y cuidadoso del medio ambiente que ha impulsado un mejor uso de productos fitosanitarios ya que se ha reducido su uso, de 10 a 4 aplicaciones en promedio.
El impacto en el rendimiento del algodón aumentó de manera muy importante pasando de 3 pacas por hectárea en 1996 a 7 pacas en el 2019, gracias al uso de semillas genéticamente modificadas.
Fuente: Inforural.com