“Hablar de la producción de café, en Zacatlán y en el país, es hablar de la pobreza”, resumió un productor de café al hablar de la producción del aromático desde la Sierra Norte de Puebla; mientras tanto, para el director de Desarrollo Rural municipal, Oscar Barrios, todavía hace falta mucho por hacer para lograr que la producción de este fruto vuelva a ser tan remunerado como lo fue hace más de una década.
El productor cafetalero, quien pidió el anonimato, explicó que a quien más mal le va de los productores de frutos es a los productores de café, comparado con otros productos del campo y frutos. No es algo nuevo, según explicó, porque desde hace 8 o 10 años hubo caídas en los precios, disminución de los rendimientos y hasta la llegada de la roya.
Aunque intentaron detener este hongo, dijo, los cafeticultores vieron que no iba a ser posible empezar a hacer investigación para encontrar especies más resistentes, por lo que obtuvieron recursos para nuevas plantas, pero no fue suficiente: “si te das cuenta, los productores más marginados somos los cafetaleros, el ingreso que tenemos es muy mínimo, considerando que actualmente el café en cereza cuesta 6 pesos el kilogramo”, a esto hay que descontarle 3 pesos del arrastre o del corte.
Uno de los vicios que no se han quitado los productores, según explicó, es que “tienen la mentalidad de que el gobierno nos tiene que ayudar, lo que genera es viciar la producción y no promueve la mejora de productos, a pesar de que tienen ventajas por la altura en la que se produce este fruto, sobre otros productores noroserranos” como en Hermenegildo Galeana (Bienvenido) y Amixtlán, demarcaciones que más producen, en superficie.
El agricultor señaló que hace falta trabajar con los cafeticultores, sobre todo innovar porque los productores “no han comprendido que entre más se trabaja su cuerpo, mejores rendimientos da, de quienes apenas medio chapean sus huertos. Entiendo porque no le metemos más, el precio que tenemos es muy pobre”.
LOS RETOS
Por su parte, el director de Desarrollo Rural en Zacatlán, señaló que San Cristóbal Xochimilpa, con casi 95 toneladas de producción anual y Jilotzingo, con cerca de tres toneladas, son las dos auxiliares donde más se produce este fruto que, en total, suman 98 hectáreas. Los productores se encuentran desafiando tres retos: árboles viejos, otros afectados por la roya, un hongo que debilita las plantas y provoca que el fruto caiga antes de su maduración, y la poca rentabilidad o margen de ganancia que deja el fruto.
Según dijo, además de aplicar medidas para disminuir el impacto de este hongo, también se está impulsando el proyecto de recuperación de los huertos en el que, en esta etapa, al menos un cuarto del terreno de siembra será renovado, considerando que los productores prefieren no cortar los árboles que ya crecieron, porque se quedarían sin producción.
También está impulsando viveros para que no compren plantas en Amixtlán o Zapotitlán de Méndez, así como la innovación tecnológica impulsada desde el ayuntamiento, lo que incluyó la entrega de semilla mejorada y que es menos susceptible al ataque de la roya, para sembrar 25 hectáreas.
Para el director municipal, una de las soluciones es que los productores pasen al siguiente nivel de producción: el valor agregado, así, una vez “despulpado” llegado a ser pergamino, ya tostado y molido, su valor se incrementaría significativamente, lo que no se ha logrado, a pesar de haber historias de éxito como en una empresa de Cuetzalan y otra de Olintla, en esta última demarcación con una nueva empresa, aunque esto no significa que el precio haya alcanzado un aumento.
fuente: inforural.com
