A pesar de la crisis que estamos viviendo, el único sector de la economia que ha seguido creciendo es el sector agroalimentario, el INEGI es su reciente publicación sobre la estimación oportuna del Producto Interno Bruto durante el 3º trimestre del 2020 coloca a las actividades primarias con un crecimiento del 2.7% comparado al mismo periodo del 2019, en tanto las actividades secundarias muestran una caída del -12.6%, las terciarias -8.8 % y el PIB total con una caída del -9.8%.
El Presupuesto de egresos de los últimos dos años ha mostrado una disminución de casi el 40%, eliminando los apoyos a la agricultura comercial enfocándose solo a programas a pequeños productores ; la propuesta del Ejecutivo al Presupuesto 2021 muestra la misma tendencia, una concentración a los programas de producción para el bienestar, precios de garantía y fertilizantes; elimina los apoyos de fomento a la productividad agrícola, fomento ganadero, a la pesca y acuacultura; inexplicablemente propone un recorte a SENASICA poniendo en riesgo el estatus fitozoosanitario que es un bien público y debería ser considerado un patrimonio nacional.
Aunado a ello, se han eliminado los programas de fomento al financiamiento y al seguro agropecuario, sin dejar de señalar la eliminación de los fideicomisos como el de la financiera nacional de desarrollo.
En plena pandemia, la Secretaria de Hacienda eliminó el apoyo al diésel agropecuario y pesquero, afectando de manera muy importante sobre todo al sector pesquero cuyo costo de este energético representa el 70% del costo total de producción.
Asimismo, existen importantes retrasos en la devolución de saldos a favor del impuesto al valor agregado por parte del SAT, lo cual afecta la liquidez de las empresas.
NI que decir de la satanización que se ha dado de los alimentos procesados, en donde se modificó la norma de etiquetado frontal , la NOM-051 y en algunos Estados la prohibición de venta a menores de edad de alimentos altos en calorías, hemos señalado en reiteradas ocasiones que el problema de Obesidad en nuestro País, es un problema multifactorial, que no solo está ligado al consumo responsable, sino también a un tema de hábitos, de educación, de falta de actividad física y que los alimentos están ligados a la vida y no a la muerte.
La SEMARNAT estableció la prohibición del herbicida glifosato, ante el supuesto, que puede ser cancerígeno y COFEPRIS ha retrasado de manera importante las autorizaciones de muchas moléculas que son usadas para la protección de cultivos.
A pesar de la crisis y las embestidas que está recibiendo el sector agroalimentario mexicano y los productores de alimentos, el sector sigue creciendo.
¿Porque castigar al único sector de la economía que está creciendo?
Un sector que produce alimentos, que genera empleos, divisas, que genera desarrollo y bienestar, es urgente que se defina una política pública que incentive a este importante sector y que se dé certidumbre a la producción de alimentos y ahí todos son importantes, pequeños, medianos y grandes.
Director General Consejo Nacional Agropecuario