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jueves, marzo 28, 2024

Contra el algodón

“La ciencia y la tecnología revolucionan nuestras vidas, pero la memoria, la tradición y el mito encuadran nuestra respuesta”. Arthur M. Schlesinger.

El problema no es la corrupción, sino la ignorancia. El Gobierno de la Cuarta Transformación sigue tomando medidas que afectan directamente la capacidad de la industria mexicana para progresar y ser competitiva.

Vemos un nuevo ejemplo en la decisión de negar permisos a los agricultores mexicanos para importar semillas de algodón genéticamente modificadas. De continuar esta negativa, será imposible que México pueda seguir cultivando este producto.

El resultado será obligar a la industria textil a importar todo el algodón que usa. Es exactamente lo contrario a la promesa que como candidato hizo el Presidente López Obrador de buscar la autosuficiencia.

Raúl Treviño Cisneros, presidente del Sistema Producto de Algodón, me dijo hace unos días: “Tenemos dos años que la Semarnat y la Senasica no nos firman las autorizaciones para la importación de semillas de algodón genéticamente modificadas”.

Los productores mexicanos están teniendo que utilizar semillas viejas, que no son competitivas frente a las de última generación disponibles en Estados Unidos.

“La industria textil mexicana demanda dos millones de pacas anualmente y México produce un millón y medio de pacas… Entonces, fácilmente abastece el 80 por ciento de las necesidades de la industria mexicana. Lo demás se importa de los Estados Unidos. Pero el algodón que están produciendo en Estados Unidos ahorita nos supera en calidad, porque las semillas que están sembrando ellos… son de última generación, son más nuevas de las que sembramos nosotros, por lo tanto, tienen características, tienen tecnologías mejores…”.

El rechazo a la importación de semillas de última generación es producto de esa ceguera ideológica que tiene el gobierno de la 4T ante cualquier cosa que huela a tecnología o a modernidad.

México, sin embargo, lleva más de 20 años produciendo algodón genéticamente modificado. De hecho, no sólo nuestro País, el mundo entero lo hace. Las razones son evidentes para quienquiera que sepa de producción agrícola. Antes de las semillas transgénicas, advierte Treviño, “producíamos tres pacas por hectárea de algodón, hoy producimos siete pacas”.

El cultivo de algodón transgénico es más barato y ecológico ya que requiere menor cantidad de pesticidas y fertilizantes por lo que contamina menos el ambiente. Es un producto que beneficia a productores y consumidores. Con las nuevas semillas, dice Treviño, podría haber un aumento de dos pacas por hectárea sobre lo que ya se está produciendo.

Es una lástima que en la 4T nadie conozca de estos temas, o que aquellos que toman las decisiones no hagan caso a quienes, dentro de la administración, sí saben, como el Secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, o el hasta ayer jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo.

El miedo a la ciencia y a la tecnología es producto de la ignorancia. Después de décadas de propaganda negativa, quizá sea inevitable que haya tanto temor sobre la biotecnología entre quienes no saben de ciencia, pero esto no justifica que se use la ignorancia como base para tomar decisiones de política pública.

Prohibir la importación de semillas genéticamente mejoradas no servirá más que para destruir la producción de algodón en nuestro País… y para promover, en todo caso, la importación de algodón de última generación de Estados Unidos. ¿Será éste el propósito oculto de la decisión.

ROMO El Presidente anunció ayer que Alfonso Romo dejará de ser jefe de la Oficina de la Presidencia, pero seguirá actuando como enlace con el sector privado. Ésta ha sido, en realidad, la principal función de Romo, ya que AMLO parece ser su propio chief of staff. El trabajo del empresario ha sido importante. Esperemos que siga teniendo cercanía con el mandatario.

Fuente: SERGIO SARMIENTO

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