La agricultura ha vivido importantes revoluciones que han impulsado la productividad, el rendimiento y la eficiencia del campo. La agricultura digital es una puerta abierta hacia posibles soluciones a problemas que se han agudizado en los últimos años (especialmente, con el paso de la pandemia COVID-19). Esta revolución tecnológica no sólo abarca la forma en que los trabajadores agrícolas cultivan, sino también se enfoca en los procesos de todos los actores de la cadena agroalimentaria: desde los proveedores de insumos hasta los consumidores, colocando en el centro de sus avances la necesidad de trabajar con respeto hacia el medio ambiente y la biodiversidad.Los expertos en el tema coinciden en que la digitalización contribuye a una mayor productividad y riqueza. Para 2030, por ejemplo, se prevé que la automatización inteligente aportará 14% de las ganancias del PIB mundial, lo que equivale a 15 trillones de dólares. En este contexto, el desarrollo del sector agroalimentario (cuyo valor es de 7.8 trillones de dólares aproximadamente) encuentra en el mundo digital una herramienta clave para transformarse y ofrecer mayores oportunidades de rentabilidad para el más del 40% de la población mundial que se dedica a esta actividad.
Una de las principales características de la digitalización es el avance en la interconectividad entre las personas, lo que permite una transmisión de información en prácticamente tiempo real. La base está en los dispositivos móviles y las redes sociales, pero hay tecnologías que cada vez son más complejas y eficientes, lo que permite obtener resultados importantes en materia de desarrollo sostenible. La agricultura de precisión, la ciencia de datos aplicada al campo, la implementación de sistemas como blockchain o la inteligencia artificial, entre otras tecnologías, son rutas hacia las que está girando el trabajo agrícola y México no está ajeno a esta revolución, pero debemos acercarnos más.
Ahora bien, la adopción de la tecnología digital en el campo requiere condiciones mínimas como el acceso a internet (sea suscripción móvil, banda ancha, etc.) y dispositivos electrónicos para hacer uso de estas tecnologías. También hay factores que fungen como facilitadores para esta integración, como la promoción de la cultura de la innovación que permite incentivar la adquisición de habilidades digitales. Si tomamos en cuenta que entre 2014 y 2018, el uso de cobertura 4G por la población mundial creció del 36% a más del 80%, podemos concluir que las condiciones mínimas para la digitalización están dadas, pero hay que observar cómo se da este proceso y las alternativas para promoverlo.
La activación de agronegocios, por mencionar un ejemplo, es una alternativa real no sólo para las grandes empresas, sino también para los pequeños productores. La seguridad alimentaria en condiciones de sustentabilidad como objetivo máximo para nuestro sector hace imperativo que hablemos sobre este tema y establezcamos las condiciones no sólo para apoyar la digitalización en el campo, sino para hacerla accesible y asequible a todos los integrantes de nuestra industria sin excepción. Así ganaremos todos.
Fuente: JUAN CORTINA GALLARDO
