Victoria, Tamaulipas-.
La producción de carbón vegetal en la zona centro de Tamaulipas, se ha convertido en la mina de «oro negro», como negocio para muchos.
Desde los ejidatarios y ganaderos hasta los profesionistas, están poniendo los ojos en este negocio, con el precio que hasta hace unos meses registró una mejoría que ni en los últimos 10 años había tenido.
A principios de año, nadie se imaginaba. Ni los ejidatarios imaginaban que el «coyotaje» tenía que subir los precios de compra por toneladas para poder seguir en el negocio.
Si antes les dolía y renegaban pagar 2.80 pesos el kilo ahora son ellos mismos los que andan por todos lados ofreciendo hasta los 4.00 el kilo.
En la conocida región del Tigre en el municipio de Soto la Marina, que se encuentra entre una de las vertientes del Cañón del Diablo, desde muy temprano hasta muy tarde las motosierras no dejan de «zumbar» ni el ruido de los vehículos se detienen.
Ni el ruido de los trailers que comprador más grande que existe en esa zona conocido como don Mauro Escobar, quien según la gente de estás localidades, ha estado sacando desde hace muchos años hasta dos trairlers cargados con carbón por semana, actividad que le ha permitido hacerse de muchas propiedades y ganado. Pero esa es otra historia.
Esta actividad ha cobrado redituabilidad desde hace unos meses, justo antes del inicio de la cuarentena por la pandemia, cuando llegaron, los permisos de explotación de madera para el carbón, al menos para la zona en mención.
Los ejidatarios con quienes se ha tenido la oportunidad de charlar comentan que ahora sí que trabajan a diestra y siniestra porque están muy bien pagado.
«Imagínese, si tengo un horno de 5 metros de largo por 2 de ancho y 1.80 de profundidad, si bien nos va, sacamos los casi 70 costales de carbón que es el equivalente a dos toneladas, y si nos pagan a 4 pesos, son 8 mil pesos, si produces un horno por semana, en una quincena son 16 mil pesos, de ahí solo le restas lo de la gasolina para la camioneta y la motosierra, o sea la ganancia es más que un sueldo de un trabajo asalariado», puntualiza Plácido, un productor de carbón de muchos años de experiencia.
Sin embargo aclara que también hay una desventaja. Así como un horno te puede dar dos toneladas también te puede mermar, pues hay veces que se quema demasiada leña, pues también hay que saber «tantearle» las atizadas.
No obstante, resalta que aunque es un trabajo «cochino» por el baño de tizne que se da uno al producirlo, es una muy buena fuente de ingresos, tan es así que hasta algunos «profesores» se han involucrado en la actividad, han preferido atizar hornos que rayar con gis en el pizarrón.
Don Leo, es otro productor que ha venido combinando está actividad con la ganadería.
Indica que no produce a «matarse» trabajando» ya que a sus 68 años ya se la acaban las fuerzas, pero sí corta madera para de perdido sacar una horneada por quincena.
«Es más que suficiente para los gastos en casa, me la llevo tranquilo, para que mortificarme», acentúa al tiempo de precisar que el monte y la sierra ofrece mucho dinero y que ahora del carbón, quienes se dedican a la compra, viven muy cómodamente.
«Y quienes la producimos, ahora con ese precio por tonelada, también se puede vivir bien, porque puedes tener tus animales y puedes dedicarte también a la agricultura, y producir varias cosas para autoconsumo», concluye.
fuente: inforural.com