La FAO reportó que en octubre todos los precios de los diferentes tipos de proteínas (pollo, cerdo, res) mostraron un comportamiento negativo; esto sería el noveno mes consecutivo a la baja.
De acuerdo con el Índice de Precios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en octubre todos los cárnicos (res, cerdo y pollo) mostraron un comportamiento negativo representando una caída de 0.5% respecto al mes anterior.
Esto refleja un contraste respecto a septiembre, en el cual si bien la carne bovina y porcina mostraron una tendencia a la baja, la de ave tuvo un desarrollo positivo principalmente gracias al comercio internacional.
La información de la FAO indicó que en octubre los valores de dichos productos se contrajeron por el orden de 10.7% versus el mismo mes del año pasado, marcando el noveno mes consecutivo a la baja.
En el caso de los cárnicos porcinos, la Organización atribuyó esto al declive en los precios de las mercancías provenientes desde Alemania —cuyo territorio ha contabilizado más de 100 brotes de Peste Porcina Africana (PPA) desde mediados de septiembre— causado por las suspensiones comerciales fijadas por China.
La influencia del país asiático también supuso un escenario negativo para los valores de la proteína avícola a nivel internacional, pues al igual que en Arabia Saudita, las importaciones disminuyeron.
Para la carne de res la FAO indicó que el declive en los precios estuvo representado por la combinación entre una mayor cantidad de exportaciones desde Sudamérica y una menor demanda en Estados Unidos.
EL VALOR DE LOS LÁCTEOS SE MUESTRA POSITIVO, RESPALDANDO EL ÍNDICE DE PRECIOS DE LOS ALIMENTOS
El precio general de los alimentos, en contraste, logró incrementar 6% respecto a octubre de 2019, su nivel más alto desde enero y el quinto mes consecutivo al alza, donde uno de los principales incentivos fue el comportamiento de los lácteos.
Dichos productos, según los datos oficiales, incrementaron 3.5%, gozando ya de cinco meses con una tendencia positiva en el queso, la mantequilla y la leche desnatada, así como en su presentación entera en polvo.