Hace casi tres meses, el 31 de diciembre del 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (D.O.F) un decreto presidencial que establece la eliminación del herbicida glifosato en los programas de gobierno y la sustitución total del glifosato para enero del 2024, y aunque falta afinar el tema de la implementación del decreto, sin duda estamos frente a un gran avance para poder tener alimentos más saludables, cuidar del medio ambiente y de la salud de las agricultoras y agricultores, así como de las personas consumidoras.
Recordemos que el glifosato ha estado asociado con varias afectaciones a la salud, que van desde mareos e irritaciones en la piel hasta el desarrollo de cáncer[1]. El glifosato fue catalogado en 2015 como probable cancerígeno por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS)[2], por lo que para prevenir daños a la salud y al medio ambiente se debe comenzar a erradicar este producto.
El glifosato es empleado principalmente en la agricultura para eliminar “malas hierbas” o arvenses y como desecante; por lo que está presente en diversos productos comerciales en México como, Cacique, Faena, Trinchera, Látigo, Herbifox, Mochilero, Secafín, Bombazo, Torbellín, Aquamáster y Potro[3]
El uso de estos productos en la agricultura aumentan los costos de producción en el control de malezas al elevar la demanda de herbicidas. El uso de glifosato genera erosión en el suelo debido a que elimina a microorganismos benéficos del suelo lo que hace que a largo plazo se disminuyan los rendimientos de los cultivos. También ocurre que con la constante aplicación de glifosato en los campos de cultivo otras hierbas comienzan a generar resistencia al glifosato por lo que cada vez se necesita usar más agroquímicos para mantenerlas bajo control, esto genera mayor dependencia de agroquímicos y daños a la vida silvestre.
Sin embargo, hay otras formas de producir de manera más sustentable, sin poner en riesgo la salud de las personas ni la del medio ambiente. Una de las alternativas es recurrir al manejo integrado de plagas, que es la combinación de diferentes técnicas para alcanzar un equilibrio y evitar la aparición descontrolada de hierbas o insectos que pudieran afectar los cultivos.
Entre algunas de las técnicas se encuentran los policultivos que resultan ser una estrategia efectiva de manejo de “malezas” a largo plazo, además eleva el rendimiento total del cultivo hasta 25%[4]. Proporciona una mayor flexibilidad para controlar las malezas debido a la competencia por luz, agua y nutrientes (por ejemplo: el sombreado del suelo por el follaje de cultivos de cobertura como la calabaza); los procesos de alelopatía, en los que la secreción de sustancias químicas por las plantas afectan o inhiben el crecimiento a otras planta, entre otros efectos benéficos para la cosecha.
Asimismo, experiencias de otros agricultores en Jalisco indican que para el control de plagas utilizan, microorganismos que es un cóctel de 50 tipos de bacterias benéficas que les ayudan a combatir enfermedades, además de que ayudan a mejorar la composición del suelo y a que los nutrientes estén disponibles para las plantas. Asimismo, utilizan lixiviado de lombriz (50 litros por hectárea) y fertilizantes foliares. Esto ayuda a combatir gusanos, pudriciones y otras enfermedades.
Otra opción es sembrar coberturas vegetales vivas de hábitos rastreros. Existen distintas especies de leguminosas que han probado tener alta efectividad para el control de arvenses. También se pueden utilizar bioinsumos e incluso recurrir al deshierbe manual, con tracción animal, o incluso con maquinaria ligera.
Estas son sólo algunas técnicas que permitirán tener cultivos más sustentables y saludables, a largo plazo además de que ayudarán a hacerle frente al cambio climático.
La transición a la agroecología es posible, únicamente se necesita un acompañamiento adecuado por parte de las autoridades para poder sustituir progresivamente el glifosato y los demás plaguicidas altamente peligrosos.
Apostemos a este cambio necesario y en beneficio del campo.
*Especialista en agricultura y cambio climático en Greenpeace México.
_________________________________
[1] CONACYT.2020.Expediente científico sobre el glifosato y los cultivos GM.Consultado el 18 de marzo de 2021. https://www.conacyt.gob.mx/PDF/Dossier_formato_glifosato_.pdf
[2] Agencia Internacional de Investigación de Cáncer (IARC). 2015. Monographs on the Identification of Carcinogenic hazards to humans. Consultado el 18 de marzo del 2021 enhttps://www.iarc.who.int/wp-content/uploads/2018/07/MonographVolume112-1.pdf
[3] Torres Beristain, B. 2017.Herbicida que envenena (sobre el uso de glifosato). Universidad Veracruzana. Consultado el 18 de marzo de 2021 en https://www.uv.mx/cienciauv/blog/herbicidaqueenvenenasobreelusodeglifosato/
[4] CONACYT.2020.Expediente científico sobre el glifosato y los cultivos GM. Consultado el 18 de marzo de 2021 en https://www.conacyt.gob.mx/PDF/Dossier_formato_glifosato_.pdf
Fuente: INFORURAL.